Silencio de amor

“Silencio de amor” es el título en castellano de la última película del director francés Philippe Claudel. El film nos cuenta la historia de un solitario, pero vitalista, profesor de música barroca en Estrasburgo. Italiano de nacimiento, vive con su hija de 15 años y un hermano exiliado voluntariamente de su país tras el ascenso al poder de Berlusconi.

La melancolía del film se traduce en la vida solitaria -amorosamente hablando- del profesor; quien, quince años después de la muerte de su esposa, continúa amándola incondicionalmente, sin ser capaz de rehacer su vida. Sin embargo, esto no le convierte en un personaje oscuro y depresivo, todo lo contrario: su vida desprende un tono vital optimista que resulta contagioso.

Uno de los puntos más interesantes del film es el análisis de la personalidad de los tres protagonistas; el profesor, su hermano y su hija. Están muy bien perfilados y en seguida conquistan la simpatía del espectador. Sin embargo, algunas de las historias que aborda la película están demasiado desdibujadas y, tal vez, la intencionada voluntad del director de dejarlas abiertas no acabe de conseguir que el film sea redondo.

Sin duda, uno de los puntos más reseñables de “Silencio de amor” es la importancia de a música. Narrada a ritmo de tarantela -una melodía que, para los italianos, es capaz de curar incluso el mal de amores- la película está llena de referencias musicales e incluso constituye un estudio de la propia musicalidad del lenguaje, realizado a través del la lengua nativa de los distintos personajes.

Llena de golpes de humor -algunos de ellos realmente cómicos, aunque sólo perceptibles en versión original- esta película es, sin duda, una de las mejores opciones en la cartelera de este verano.

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