Shanghai, capital de Asia

La ciudad de Shanghai se encuentra situada al Este de China, en la desembocadura de uno de los ríos más importantes de Asia, el Yangtze, junto al delta y abierta al océano. Su particular situación geográfica le ha permitido tradicionalmente recibir gran parte del comercio exterior que se ha llevado a cabo en todo China y, ya desde el siglo XIX, se convirtió en la principal ciudad industrial y comercial del país. Su continuo trato con Occidente, permitió a Shanghai diferenciarse del resto de las ciudades del país, adquiriendo una visión más cosmopolita y abierta del mundo. Pero eso mismo le ha llevado a estar sometida en distintos épocas de los últimos cien años al dominio inglés, francés y japonés. Hasta que la ciudad, tras la Revolución China de 1949, quedó bajo el mandato del gobierno comunista.

Pasado un tiempo de ruptura de una parte importante de las relaciones comerciales con Occidente, Shanghai se ha abierto nuevamente al mundo exterior y ha dado un paso de gigante en su modernización, convirtiéndose en el modelo a seguir por una gran cantidad de ciudades asiáticas. Fruto de esta rapidísima expansión, la ciudad se muestra como un gran mapa de contrastes entre los distintos modos de vida que se han sucedido en la ciudad en los últimos dos siglos. Para los amantes de los viajes, Shanghai se muestra como un destino misterioso y mágico, en el que conviven en escasos metros edificios coloniales del siglo XIX, mansiones chinas del siglo XVII y desafiantes rascacielos del siglo XXI.

Entre los principales hitos para los turistas destaca el Bund, un paseo junto al río que nos muestra el poderío colonial y los edificios construidos al estilo occidental. Son muy admirables la Aduana y el Banco de Hong Kong y China, cuya presencia nos lleva indudablemente a otras épocas históricas. Cruzando el extenso río Huangpu, se erige el impresionante distrito de Pudong, con su skyline lleno de rascacielos. Entre ellos destacan la Oriental Pearl Tower (principal torre de telecomunicaciones)  y la torre Jin Mao. Propios de otras épocas, podemos descubrir el Templo del Buda de Jade o la gran Plaza del Pueblo -herencia comunista-.

Independientemente de esta amalgama de culturas que se han desarrollado durante años en Shanghai, la ciudad se ha convertido en el motor de la modernización china y ha emprendido una desenfrenada carrera por convertirse en la capital de Asia y, quién sabe, si en la capital del nuevo mundo del siglo XXI.

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