La homeopatía se ha convertido en los últimos años en una de las terapias alternativas a las que más se recurre. A pesar de ser un tratamiento controvertido en el ámbito médico, millones de personas en el mundo acuden a la homeopatía en busca de la cura de patología que, en su mayoría, ya han sido tratadas por la medicina, aunque, es en países en vías de desarrollo donde más se usa como tratamiento único a enfermedades graves.
The Voice of Young Science, organización integrada por médicos e investigadores británicos y africanos, ha mostrado recientemente su temor a que la promoción de la homeopatía en países en vías de desarrollo esté poniendo en riesgo la vida de los afectados por enfermedades graves y con alto índice de mortalidad como la tuberculosis, el VIH/SIDA, la malaria, la gripe común y la diarrea infantil. En respuesta a esta denuncia, la Organización Mundial de la Salud ha querido despejar dudas y se ha pronunciado tajante: la homeopatía no es efectiva ni para la prevención, ni para la cura del sida, la tuberculosis, la gripe común, la malaria y la diarrea infantil.
Para los médicos de The Voice of Young Science esta denuncia y su respuesta debe servir para que cese la promoción de estas terapias por parte de los Gobiernos, que se sitúen claramente contra esta práctica “potencialmente desastrosa”. Sin embargo, el coste de la salud pública en los países en vías de desarrollo, aunque mínimo, se hace tan difícil de subsanar para muchas personas que deciden optar por estas alternativas.
Cada año, millones de personas mueren de tuberculosis, malaria, sida, diarrea infantil y gripe común muchas por falta de asistencia, por escasez de recursos o por un erróneo tratamiento. Al menos que este mensaje valga para reducir esas cifras.