‘Rejuvenecer’ la próstata

Es frecuente que los varones mayores sufran alguna patología relacionada con la próstata, en la mayoría de los casos de tipo benigno, aunque no por ello menos incómodas. Destaca por el número de casos la llamada hiperplasia (o hipertrofia) benigna de próstata, un crecimiento no maligno (entendiendo como tal no cancerígeno) frecuente en los varones mayores de 50 años y cuya incidencia va aumentando conforme se envejece, de forma que sólo un pequeño porcentaje de hombres mayores de 40 años presenta esta hiperplasia benigna de la próstata, mientras que se da en más del 90% de los hombres mayores de 80 años.

La próstata es una glándula del aparato reproductivo masculino encargado de producir el líquido que transporta los espermatozoides durante la eyaculación. La próstata rodea a la uretra (conducto por el que el cuerpo expulsa la orina), por lo que cuando esta glándula se agranda puede oprimir la uretra y ocasionar problemas urinarios y vesicales.

Por lo general, menos de la mitad de los hombres con HPB presentan síntomas, o lo hacen de forma leve, encontrándose entre ellos el goteo al final de la micción, incapacidad para orinar (retención urinaria) y el vaciado incompleto de la vejiga. También pueden presentarse síntomas irritativos como disuria (dolor, molestia o sensación urgente que se presenta al orinar), frecuencia urinaria, nicturia (aumento de la frecuencia urinaria nocturna), y urgencia por ir al baño. A pesar de que estos síntomas no suelen ser graves, sí que pueden ocasionar inconvenientes en la vida diaria y mermar algo la calidad de vida. En estos casos, además de la vigilancia, ya se requiere de un tratamiento que puede variar entre la cirugía o la prescripción de algún fármaco. La cuestión es que lo más eficaz es la cirugía, aunque ésta presenta el inconveniente de que tanto el bisturí como el láser pueden producir consecuencias indeseadas como la impotencia o la incontinencia urinaria.

Sin embargo en el Congreso de la Sociedad Americana de Radiología Intervencionista en Nueva Orleans celebrado recientemente, se ha presentado una nueva estrategia para tratar la hiperplasia benigna de próstata sin cirugía y sin grandes riesgos. Se trata de una técnica desarrollada por el equipo del Hospital Inova Alexandria en Washington (EE.UU.) en la que con un sencillo cateterismo a través de la arteria femoral se accede a la arteria de la próstata para obstruirla a través de unas microesferas. De este modo se impide el paso de nutrientes que alimentan la glándula y se logra que la próstata deje de crecer anormalmente y poner fin a los incómodos síntomas urinarios. Y todo ello de un modo mínimamente invasivo, realizado bajo anestesia local y de manera ambulatoria.

Por el momento esta nueva intervención se ha llevado a cabo en 14 personas, siendo exitosa en 13 de ellas, no sólo por la efectividad del tratamiento, sino porque además ninguno de los pacientes ha presentado las complicaciones más temidas en los tratamientos de la próstata: impotencia, incontinencia o infección. Además, la mayoría de los pacientes tratados dejó el hospital el mismo día de la intervención.

Comentarios

Deja un comentario