Regalos de Reyes

Brillos en bronce. Colecciones de Reyes, muestra organizada por Patrimonio Nacional y Fundación Banco Santander, hace un recorrido por la colección de escultura en bronce dentro de las colecciones de Patrimonio Nacional a través de los diferentes reinados, explicando los gustos de cada época, en función de sus circunstancias históricas y las ideas estéticas, vinculando las piezas con otras manifestaciones artísticas como la pintura, los grabados o libros impresos.

Un total de 132 piezas entre esculturas de bronce, pinturas y obras en papel, en su mayoría de las Colecciones Reales pero también procedentes de otras instituciones como el Museo del Prado, El Museo Arqueológico Nacional, la Casa de la Moneda y la Nacional Gallery de Londres, repartidas en la exposición en cinco secciones: La colección de escultura en bronce bajo los Austrias, El gusto por la Antigüedad clásica, Los Borbones y el cambio de gusto, Carlos III y La colección de pequeños bronces de Carlos IV.

Los pequeños bronces, que despertaron tanto interés en las dinastías de los Autrias y los Borbones entre los siglos XVI y XVIII, comenzaron a realizarse en Italia mediante la técnica de la cera perdida; su tamaño no superaba el medio metro y eran requeridas por aristócratas y príncipes para coleccionarlas en sus gabinetes o studiolos.

La colección se inicia con la dinastía de los Austria, siendo especialmente relevantes los reinados de Felipe II y Felipe IV, quienes en muchas ocasiones reciben estas piezas como regalos diplomáticos o legados de nobles, aunque también hacen algunos encargos y adquieren otras para decorara sus palacios.

Con la llegada de los Borbones a comienzos del siglo XVIII se produce un cambio de gusto en la corte que se refleja en todos loa ámbitos palaciegos y se plasma en las preferencias artísticas de Felipe V. En las últimas décadas del siglo XVIII Carlos IV realiza importantísimas adquisiciones de todo tipo de obras de arte, pero muy especialmente de bronces. De este modo la colección de pequeños bronces de Patrimonio Nacional se puede comparar por su cantidad y por su calidad con colecciones tan conocidas como las de Florencia, Viena, Munich, Londres o París.

La muestra estará en el Palacio Real de Madrid hasta el 24 de enero de 2010.

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