Que el calor no te quite el sueño

Muchas personas ven trastocado su sueño en las calurosas noches de verano. No ser capaz de apenas conciliar el sueño, despertarse en mitad de la noche y no poder volver a dormirse, somnolencia durante el día… Esto que solemos achacar a una incomodidad por el excesivo calor, en realidad está provocado,  como explica el Dr. Carlos Tejero Juste de la Sociedad Española de Neurología (SEN), porque “las altas temperaturas impiden queel hipotálamo controle adecuadamente nuestra temperatura corporal, lo que hace que regulemos peor el sueño, y la calidad del mismo se vea deteriorada.” Además, el calor hace que el impulso nervioso se propague más lentamente, originando cansancio y fatiga. “Se ha demostrado que el calor de más de 30 grados es una de las principales causas de somnolencia al volante, y por lo tanto de accidentes de circulación”.

Estos trastornos del sueño incrementan las crisis de las personas epilépticas o que suelen sufrir cefaleas, por lo que es importante adoptar medidas que ayuden a  regular de forma natural el ciclo de vigilia-sueño. Como señala el Dr. David Ezpeleta “Son muchas las personas que en esta época tienden a utilizar medicamentos que les ayuden a dormir, por lo que es importante señalar que no se debe abusar de los mismos: los somníferos no están dirigidos a personas que sufren insomnio momentáneo por el calor”.

Pero como insiste el Dr David Ezpeleta, “además, existen otras muchas circunstancias que pueden provocar cefaleas en verano, como los cambios de temperatura generados por el aire acondicionado, la ingesta de alimentos especialmente fríos como los helados.”

También con las altas temperaturas quienes sufren algunas patologías neurológicas sufren un empeoramiento a causa de la sensación de cansancio y fatiga. Es el caso de lo que padecen esclerosis múltiple o algunaenfermedad neuromuscular. Especial atención hay que tener con aquellos pacientes con demencias y otras enfermedades degenerativas que pueden tener alterados los mecanismos de control de la sed, facilitándose la posibilidad de deshidratación.

En general es aconsejable seguir los consejos que cada año lanzan los expertos como los de la SEN: frecuentar lugares calurosos y con poca ventilación, utilizar tejidos frescos y transpirables, beber un litro y medio de agua diario para combatir la deshidratación o programar descansos de 10- 15 minutos, con el objetivo de que el calor no agrave los síntomas de sus enfermedades o se produzcan problemas de insomnio, somnolencia o excesivo cansancio.

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