Puro corazón de chocolate

Pocas personas son las que, aunque sea muy de cuando en cuando, no caen en la tentación ante un bocado de chocolate, lo que suele, en no tampoco pocas ocasiones, estar seguido de cierto sentimiento de culpa, de remordimiento, como si de un pecado se tratase su consumo. Sin embargo, cada vez se van descubriendo más argumentos a favor que en contra para sucumbir ante el negro ‘néctar de los dioses’ (según la traducción de su nombre botánico, Theobroma cacao). Y es que si hasta ahora lo que más preponderaba era su elevado aporte calórico, desde hace unos años están tomando más relevancia propiedades más saludables. Al principio fue su ‘efecto antidepresivo’ (su contenido en feniletilamina produce un efecto placentero a nivel cerebral y la anandamida causa relajación y sensación de bienestar), pero desde hace aproximadamente unos 10 años se han ido sucediendo estudios que atribuyen al chocolate un ‘poder’ protector frente a la enfermedad cardiovascular, gracias a los flavonoides (un tipo de antioxidantes) del cacao y del chocolate.

Entre los últimos estudios desarrollados en esta línea se encuentra el de la universidad canadiense de McMaster, en Hamilton, según el cual el consumo de chocolate podría reducir el riesgo de mortalidad tras haber sufrido un ictus.

Según explica la responsable del trabajo, Sarah Sahib , para este análisis se ha revisado otros tres estudios sobre el chocolate y el ictus, perro que sin embargo, se necesita investigar más para poder determinar si el chocolate realmente reduce el riesgo de ictus, o si las personas más sanas son simplemente más propensas a comer más chocolate que otras.

Lo que sí se ha podido constatar por parte de los expertos es que el consumo de chocolate negro ayuda a bajar la presión arterial de los hipertensos, aunque hay que tener la precaución de limitar las calorías consumidas con otros alimentos. En cualquier caso, la clave es que el chocolate sea negro, ya que se ha comprobado que el efecto antioxidante del cacao se inhibe normalmente por acción de la leche con la que se suele acompañar tanto en su forma soluble como buena parte de las tabletas de consumo más habitual. Dicho de otra manera, que para que el chocolate resulte verdaderamente sano, le sobra la leche.

Pero aún hay más, ya que existen estudios en los que por ejemplo se sugieren que un tipo especial de cacao podría ser nootrópico, ayudando a retrasar el deterioro de la función cerebral que se produce con el envejecimiento, u otros en los que se considera que el chocolate puede ser efectivo para prevenir la tos persistente, al detectarse que la Teobromina que contiene es casi un tercio más efectiva que la codeína, la medicación estrella para la tos.

Visto (y saboreado) esto, ¿por qué resistirse a la tentación de saborear una porción de chocolate negro?

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