Puesta a punto

Con la llegada de la Semana Santa, somos muchos los que nos ponemos el traje de baño por primera vez en la temporada y, por desgracia, los excesos de las Navidades y los frutos de la pasividad propia del invierno suelen notarse. En nuestras conciencias retumban comentarios como “debía haberme cuidado más” o “por qué no me puse a régimen hace un mes”. Pues bien, nunca es demasiado tarde para empezar y, aunque quizá no seamos los más resultones de la playa durante estas vacaciones, si comenzamos a cuidarnos ahora seguro que este verano notaremos el cambio.

Como todavía tenemos muchos meses por delante, vamos a intentar huir de los “regímenes express” que, a la larga, suelen ser contraproducentes, causando el temido efecto yo-yo. No nos engañemos, los milagros no existen y lo más importante es velar por nuestra salud en todo momento, de hecho allí es donde reside el verdadero secreto de nuestra belleza: llevar una vida plena, feliz y saludable es la mejor forma de estar radiante.

Para conseguirlo es muy importante seguir una dieta sana, no se trata de comer como un pajarito, sino de eliminar aquellos alimentos que contienen un exceso de grasa y cambiarlos por otros más saludables. Las frutas y verduras no sólo nos echan una mano a la hora a perder peso, además, su aporte vitamínico nos ayuda a prevenir ciertas enfermedades y a mejorar nuestro humor. Aunque esto último pueda sonar a broma, está demostrado que la falta de vitaminas, principalmente B y C, puede provocar decaimiento psíquico: nada mejor para conservar el buen tono vital que la ingesta de cítricos, pimientos rojos o levadura de cerveza, combinados con lácteos o soja. Eso sí, todo debe ser variado y tomarse de forma moderada, la buena noticia es que no es necesario morirse de hambre para perder algo de peso y, sobre todo, para mejorar la salud.

Otro de los aspectos que no debemos de olvidar de cara a nuestra particular “operación bikini” es el ejercicio físico. Igual que pasa con la dieta, no hace falta matarse en el gimnasio para mejorar el tono; una caminata diaria, a buen paso, puede hacer milagros y algunos deportes, como la natación o el pilates, moldean paulatinamente nuestro cuerpo mientras nos ayudan a relajarnos notablemente, ayudándonos a controlar el stress.

Como veis, no se trata de hacer grandes gestas y tampoco  de aferrarse al famoso tópico “para estar guapa hay que sufrir”, consiste más bien en intentar cambiar poco a poco nuestros hábitos para hacerlos más saludables y conseguir así, a largo plazo, mejorar nuestro aspecto y nuestra salud, tanto física como mental, sin olvidar en ningún caso que la mejor receta de belleza es la felicidad.

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