Ha sido un año duro para la mayoría. Sin embargo, la Navidad suele significar un momento de tregua, un paréntesis de reencuentro con la familia, un pequeño reposo en el viaje para reflexionar, esparcirse, celebrar o simplemente descansar de las cuitas cotidianas. Para los niños, sin embargo, es algo más: un tiempo en el que se está en especial contacto con lo maravilloso y en el que el desfile de esos seres de leyenda, de los Reyes Magos al Olentzero, de Papa Noel al Tió, les deja un rastro de ilusión y alegría. Basta ver el anhelo con el que los más pequeños esperan estas fechas y los regalos para ablandar los corazones más duros.
Sin embargo, la crisis sigue arreciando y se multiplican los hogares en los que las necesidades apremiantes obligarán a aparcar las propias de la fantasía y el ensueño. Algo que, en realidad, es su derecho, como reconoce el artículo 31 de la Carta de Naciones Unidas. Pero aun así, los juguetes tendrán que esperar a tiempos mejores.
Pero a pesar de todo, algunas organizaciones y voluntarios trabajarán un año más para aliviar esta situación. Apoyándose en el auge de la solidaridad que suele ir aparejada a estas fechas, de la que los mayores siempre dan las muestras más espléndidas, hasta última hora funcionarán los servicios de recogida de juguetes que funcionan por doquier del país.
Los mecanismos pueden ser de distinto tipo, desde aquellos que piden a aquellos que quieran compren un juguete nuevo y lo lleven a los puntos de recogida a los que aceptan también de segunda mano o incluso donativos económicos. Existen incluso asociaciones especializadas en este ámbito, así como otras dedicadas a la asistencia social que se implican en este objetivo. Es el caso de Cáritas o Cruz Roja. También de algunas empresas, como Alcampo. Otras son más modestas y de barrio, pero su misión es igual de valiosa y meritoria.
En 2011, Canal Solidario confeccionó un mapa completo de todas las iniciativas de este género que había en marcha. Un mapa que además estará abierto al registro de todas aquellas nuevas contribuciones que puedan añadirse en el futuro. Esperemos que sean muchas para que tarde o temprano la solidaridad consiga que no haya niños en España privados de ese hermoso derecho al juego.
