Con la inocencia perdida tras el ocaso de las fáciles ganancias financieras y sonados fraudes como el de Bernard Madoff, muchos pequeños ahorradores desconfían ahora de las operaciones bursátiles y de los fondos de inversión. Y lo cierto es que las noticias alarmantes se han sucedido en los últimos años: el colapso del mercado inmobiliario, el derrumbe de pirámides como las de Afinsa y Forum Filatélico, las dudas acerca de la deuda pública, cláusulas abusivas en letra pequeña o el incremento de fraudes relacionados con la red . Por tanto, cualquier previsión resulta más que razonable.
La mayoría de veces, sin embargo, bastaría con un mejor conocimiento de conceptos económicos y mercantiles elementales, así como de los reglamentos y derechos que nos amparan, para reducir el peligro de engaños.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Banco de Españasaben que son esos pequeños inversores sin la información precisa quienes se encuentran más expuestos a perder su dinero por prácticas inescrupulosas o directamente delictivas.
Y para cubrir esa laguna hace un par de años pusieron en marcha un Plan de Educación Financiera que difunde las recomendaciones de la Comisión Europea o de la OCDE, además de las obligaciones que introdujo la Directiva Mifid. Ésta última es una directiva que busca la protección máxima del inversor particular y obliga a las entidades financieras a suministrar los datos de sus productos de la forma más sencilla y concreta posible.
En añadidura, el Portal del Plan de Educación Financiera incluye algunos apartados de orientación muy práctica, como aquellos que nos explican como evaluar nuestra salud financiera o cómo gestionar mejor un endeudamiento en caso de que se produzca. Y aunque esté dirigido a todos los sectores de la población, es evidente que se ha pensado de modo especial en los pequeños inversores, por lo común más vulnerables que los profesionales y mayoristas.
Esta medida complementa otras herramientas que el Banco de España pone a disposición de todos los ciudadanos, como el Portal del Cliente Bancario, que especifica las características, tarifas, comisiones de los productos financieros de entidades supervisadas por el organismo.