Se cumplen siete décadas desde que Pipi Långstrump llegara a Villa Kunterbunt, acompañada de sus mascotas, el caballo ”Pequeño tío” y el mono ”señor Nilsson” con sus trenzas levantadas hacia arriba y dispuesta a no dejar a nadie indiferente.
Y es que, desde que en 1945 la autora de esta historia, Astrid Lindgren, inventara las aventuras esta simpática niña pelirroja y sonriente, huérfana de madre y con un padre pirata que surcaba los mares, para entretener a su hija enferma han sido varias las generaciones que han disfrutado de Pipilota en sus libros traducidos en más de 70 idiomas, sus películas y su serie de televisión que todavía muchos recordamos con el mismo cariño que años atrás…
Lo divertido de la historia de Pipi es que es una niña con más imaginación de la cuenta, que come chucherías a todas horas, lleva unos zapatos que le quedan grandes y tiene tanta fuerza que es capaz de coger a su caballo en brazos… cosas que a cualquier niño, como sus amigos Tommy y Annika, les dejan absolutamente sorprendidos y ven en ella un referente…
Una historia, la de Pipi Långstrump, que dio la vuelta al mundo con sus divertidas gamberradas y su peculiar estilo de vida y que muestra que en 70 años han cambiado muchas cosas, pero la inocencia de los niños sigue siendo la misma y Pipi gusta tanto a los niños de ahora como a los de antes, porque ella siempre será una rebelde de 9 años…
