Pies para qué os quiero

No todo el mundo tiene la suerte de tener unos pies bonitos -de hecho, es raro encontrarse con unos- y, con el paso de los años, es más difícil todavía verlos; ya que no es raro que a ciertas edades comiencen a aparecer juanetes, callos y otras molestias que afectan a nuestros pies, consiguiendo que, cuando llega el verano, deje de apetecernos usar sandalias.

Apúntate estos consejos y este año no tendrás que preocuparte, podrás presumir de pies sin ningún pudor: sólo hace falta paciencia y un poco de cuidado extra para lucir unas bonitas sandalias.

Nuestro primer aliado es la piedra pómez, gracias a ella podemos terminar con todas las durezas, asperezas y callos de nuestros pies, dejándolos tersos y suaves con un sencillo gesto. Si, por el contrario, tu problema es que las uñas se te clavan con facilidad y empiezan a crecer haciendo formas imposibles, lo más probable es que estés cortándotelas mal. En este caso, te recomendamos una visita al podólogo; él puede arreglar casi cualquier desastre y enseñarte el procedimiento a seguir en adelante, ¡todo tiene solución! En cualquier caso, recuerda que a la hora de cortar las uñas debe hacerse siempre en línea recta, utilizando la lima para redondear los extremos.

Otro mal muy común son las ampollas, sobre todo para aquellas personas de piel fina y delicada que sufren un verdadero infierno cuando llega el calor y, con él, la hora de quitarse los calcetines. Hay que tener mucho cuidado con ellas porque una mala cura puede provocar desde una infección, hasta una herida recurrente. Para terminar con las ampollas de forma efectiva se deben reventar con un alfiler estéril -o desinfectado con alcohol- y tapar con una tirita; es recomendable evitar usar los zapatos que nos han hecho daño durante, por lo menos, un par de días.

Los hongos y el mal olor también suelen ser amigos del verano y no es extraño, ya que, en muchos casos, están provocados por la sudoración a consecuencia del calor. Puedes intentar terminar con ella usando spray anti-transpirable desodorante o talco; otra buena opción es frotar tus pies con alcohol un par de veces al día. En cualquier caso, el calzado fresco y cómodo te ayudará; las sandalias serán tus mejores aliadas para terminar con este problema.

Finalmente, si quieres tener unos pies de ensueño, tendrás que cuidar al máximo tus uñas. No basta con que evites que se te claven. Si están duras, engrosadas y amarillean puedes limar toda su superficie antes de aplicar un protector y un esmalte, esto mejorará muchísimo su aspecto.

Y si quieres estar a la moda este verano, píntatelas de colores chillones, ¡es lo último!

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