Estos días se expone en Madrid la obra de uno de los más importantes artistas del impresionismo francés: Auguste Renoir. El Museo Nacional del Prado de Madrid, en colaboración con el Sterling and Francine Clark Art Institute de Massachusetts, presenta en sus salas una muestra, donde se exhiben algunas de las mejores piezas del creador francés.
Comisariada por Javier Barón, Jefe de Departamento de Pintura del Siglo XIX del Museo del Prado, y Richard Rand, Jefe de Conservación del Sterling and Francine Clark Art Institute, la exposición cuenta con 31 piezas procedentes de la colección particular de Robert Sterling Clark, un norteamericano enamorado del impresionismo y, especialmente, de Renoir, de quien adquirió más de 35 pinturas para su colección personal.
En cuanto al protagonista de la muestra, Auguste Renoir, vale la pena decir que fue uno de esos pocos privilegiados que, dedicando su vida a la pintura, consiguió alcanzar el éxito en vida y cerca de 1900 ya se había convertido en un artista de referencia, no sólo en Francia. Sus retratos de mujeres vestidas a la moda -de factura suelta y elegante viveza- así como sus archiconocidas escenas de bañistas fueron el pistoletazo de salida de una larga carrera que comenzó a despegar cuando entabló amistad con Monet, Bazille y Sisley; con quienes organizó la famosa exposición de “pintura moderna”, un año después de haber expuesto dos obras en el Salón de los Rechazados, de 1973.
Esta exposición constituye una oportunidad única para conocer la obra de Renoir, a través de una de las colecciones más importantes especializadas en su trabajo; y es que el Sterling and Francine Clark Art Institute cuenta con piezas de excepcional calidad de cada uno de los géneros cultivados por el francés, quien -por otra parte- aunque no es un desconocido en nuestro país sí es, sin embargo, un creador con muy poca representación en nuestras colecciones.
