¿Paraísos perdidos?

Sin duda, al pensar en una isla “en peligro de extinción” el primer caso que nos viene a la cabeza es el de Venecia. El aumento del nivel del mar es una amenaza constante para la ciudad flotante y, aunque han sido muchos los intentos realizados para preservarla –esclusas, cimentaciones…-, nadie puede predecir qué será de ella en el futuro.

Sin embargo, no es el único caso. El paulatino derretimiento de los polos, causado por la subida de las temperaturas, ha provocado, como antes comentábamos, un notable ascenso del nivel del mar que, en caso de continuar creciendo, podría poner en peligro a largo plazo algunas de las islas más bellas y exóticas del mundo, así como sus fondos marinos.

Uno de los archipiélagos que se encuentran en esta alarmante situación es el de las Maldivas, un país situado en pleno Océano Índico, al suroeste de Sri Lanka y la India. Se trata de un paraíso natural formado por 1.196 islas coralinas (atolones), de las cuales únicamente 203 están habitadas, que poseen uno de los más ricos y bellos fondos marinos del mundo. Paraíso, pues, para los amantes del buceo, pero también para quienes buscan descanso, lujo, relajación y privacidad. Gracias al pequeño tamaño de las islas, la mayoría de ellas están únicamente habitadas por un sólo hotel, en el que se ofrecen todos los servicios imaginables -pesca, kayak, buceo, masajes, degustaciones gastronómicas, pequeños viajes para conocer otras islas…- ofreciendo así un remanso de paz único en el mundo, y la oportunidad de tener una isla a tu completa disposición.

Lo mismo sucede con la República de las Seychelles, un grupo de 155 islas ubicadas en el Océano Índico, al noreste de Madagascar. Sus hermosas playas y la sorprendente fauna marina que las caracteriza, entre la que destaca la tortuga gigante, han convertido a este paraíso tropical en uno de los destinos de viaje más deseados que, además de verse amenazado por los caprichos climáticos, ha sido foco de algunos de conflictos de piratería. Otro ejemplo más de islas en peligro de extinción son las Fiyi, una república insular que se encuentra en el Océano Pacífico, al norte de Nueva Zelanda. Inundaciones y patrones lluviosos impredecibles afectan al archipiélago en lo que, para muchos, es uno más de los efectos del supuesto cambio climático.

Aunque, como todo en esta vida, nada es predecible, no podemos augurar el futuro de estos países insulares, lo que sí podemos hacer -y de hecho, hacemos- es animaros a conocerlos, a disfrutar de sus excelentes servicios turísticos y de sus increíbles paisajes; repletos de espectaculares playas, atardeceres de ensueño y aguas cristalinas. Quién sabe si, además, un día podréis decir “yo estuve allí antes de que desapareciera”.

Comentarios

Deja un comentario