Palazuelo inédito

Los que todavía estéis disfrutando de vuestras vacaciones y además tengáis la suerte de estar descansando en Mallorca, uno de los lugares más bonitos de España y con más encanto para veranear, tenéis la oportunidad de acercaros a la sede de la Fundación Juan March en la capital de la isla, donde se celebra una exhaustiva exposición sobre la figura de Pablo Palazuelo (1915-2007), que permanecerá abierta hasta el 30 de octubre de este año.

Pablo Palazuelo. Omphale V, 1965–1967. Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca

Palazuelo ha sido uno de los artistas españoles más celebrados durante los últimos años. Grandes museos, como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, ya han mostrado minuciosas exposiciones acerca del trabajo de este creador madrileño que obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1999 y el Premio Velázquez en 2004. Sin embargo, lejos de constituir un recorrido más a través de la obra de Palazuelo, como los que hemos podido ver en otras muestras, la Fundación Juan March -que presenta esta exposición en colaboración con la Fundación Museo Jorge Oteiza- ha elaborado un recorrido expositivo único que se centra en las poco estudiadas décadas que el artista pasó en París; mostrando, además, muchas piezas inéditas realmente sorprendentes.

Pablo Palazuelo. Rouge, 1951. Kunstmuseum St. Gallen

“Palazuelo. París, 13 Rue Saint–Jacques (1948-1968)” presenta un centenar de piezas, completadas con interesantísimo material documental sobre su estancia en la capital francesa, que nos descubren a un artista solitario, disciplinado y pasional; pero, sobre todo, a un artista íntegro. La poesía, la bibliotecas, el estudio de la técnica del grabado y la asistencia a clases como alumno libre en la Escuela de Bellas Artes coparon estas solitarias décadas, en las que Palazuelo tuvo la suerte de exponer dos veces en la famosa Galería Maeght. Su reconocimiento tardó mucho en llegar a nuestro país, de donde el artista se convirtió en outsider, siguiendo un rumbo muy personal que le mantuvo al margen de modas y tendencias. De todos estos años parisinos, los más importantes para su configuración como artista fueron los que pasó en la 13 Rue Saint–Jacques, una casa situada en un entonces sorprendente barrio multicultural y decadente desde donde entabla relaciones con creadores como Alechinsky, Brancusi, Braque, Yves Klein, Soulages, Vasarely o Chagall.

La exposición nos  revela, por tanto, las motivaciones, las fuentes y las inquietudes del artista madrileño durante los años en los que se fraguó definitivamente su excepcional estilo, que podríamos definir como una suerte de abstracción lineal en la que la espiritualidad juega un papel primordial.

Comentarios

Deja un comentario