En nuestro país cada año se necesitan más de 2.000.000 de transfusiones y aunque España tiene un Índice de Donación cercano a los mínimos recomendados por la OMS (un 37,5 frente a un intervalo 40-50 recomendado), tras unos años al alza, este índice descendió por vez primera en 2005. En cualquier caso y al margen de las cifras, el hecho es que existe una necesidad constante de contar con un suministro regular de sangre, puesto que ésta puede almacenarse sólo por un tiempo limitado antes de ser utilizada.
Por ejemplo, hasta el pasado 28 de julio, un autobús de Coca-Cola, en colaboración con Cruz Roja, recorrió hasta 8 ciudades españolas para acercar las instalaciones de donación al ciudadano. En cualquier caso, basta con acudir a cualquier centro médico para que nos remitan a su banco de sangre.
Cuando se acude a donar, un proceso para nada doloroso, no sólo se recibe información sobre la importancia de este gesto y se hace un gran favor al prójimo, sino que además se nos hace un reconocimiento médico o un análisis de sangre, de modo que mientras servimos a los demás también nos servimos a nosotros mismos. Un pequeño tentempié se nos servirá después para recobrar fuerzas y evitar mareos. Y en pocos días nuestro cuerpo habrá regenerado lo que hemos ofrecido generosamente a nuestros semejantes. No hay excesivos requisitos para ser donante de sangre. Entre los principales estarían:
- Ciertas tasas de hemoglobina y no tener tensiones arteriales demasiado altas o bajas
- Ser mayor de edad y menor de 65 años
- Pesar más de 50 kilos
- No haber donado sangre en los dos últimos meses
- No estar en ayunas
- Llevar el DNI
