A la vez próxima y muy distante, especialmente para los que pertenecemos a pueblos ibéricos, la cultura musulmana –y aún más concretamente la parte de ella que se desarrolla en países de civilización árabe- ha pasado a estar en los últimos años, desgraciadamente no siempre por los mejores motivos, en el centro de atención internacional.
La pujanza económica de los estados del Golfo Pérsico, los conflictos geopolíticos en algunos de los países de su área o los debates sobre el fundamentalismo religioso y sus estragos han sido asuntos corrientes para los medios de comunicación occidentales.
Sin embargo, esas visiones pueden sustraernos una perspectiva más amplia y ajustada de las muy variadas manifestaciones que se originan dentro de ese mundo o de las que surgen de la interactuación con él. Y alcanzar ese mejor aprecio y comprensión, así como prestar un espacio de intercambio a todos los niveles, es el cometido de una institución ya muy arraigada en España: Casa Árabe.
Una simple visita a su página web puede darnos idea de lo que su actividad multidisciplinar tiene para ofrecernos: ciclos de cine de filmografías tan desconocidas en nuestras latitudes como la egipcia o la tunecina, seminarios especializados, charlas divulgativas y exposiciones como la que muestra la visión de oriente emanada por el cómic español clásico o la que lleva el elocuente título de “Jerusalén a principios del siglo XX ”. Y por supuesto, hay que contar con la permanente apuesta por la enseñanza de la lengua árabe en distintas variedades y dialectos, así como en amplia oferta de grupos y niveles.
Además, desde este mismo año, el sólido centro de documentación que ha servido a tantos investigadores y periodistas en sus estudios y pesquisas tiene la compañía de la mediateca Edward Said, un espacio multimedia de acceso público que pone a disposición del interesado material creativo y contemporáneo tanto fonográfico, como videográfico y bibliográfico. Un verdadero festín de películas, discos, fotografías, historietas y revistas de diseño y arquitectura que pueden ocuparnos durante todo el tiempo que nos apetezca. Y si nos hemos prendado de alguna de esas obras, siempre podemos pasar por su librería Baïbars, en la que abundan tanto las frescas novedades como los libros de referencia.
Sin embargo, una de las virtudes más destacables de Casa Árabe es su disposición descentralizada. Para empezar, cuenta con dos grandes sedes en Madrid y Córdoba. La primera es el rehabilitado edificio de estilo neomudejar que ocuparon las Escuelas Aguirre en plena calle Alcalá. La segunda es un no menos hermoso caserón en el centro histórico de la antigua capital andalusí, cedido por Patrimonio Nacional. Pero muchas de sus actividades son itinerantes y se ofrecen en colaboración con otras instituciones de ciudades con una indiscutible huella musulmana, tales que Murcia, Jaén o Málaga.
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