No olvides proteger tus ojos

Hace unos días hablábamos sobre la importancia de protegernos ante los efectos del sol. Tratamos del uso de protectores solares y de otras medidas para evitar daños en la piel. Ahora queremos recordar que los ojos también deben tener una atención especial frente al sol.

Una de las principales cuestiones es que muchas personas compran sus gafas de sol más por un criterio estético (no hay más que ver cómo las grandes marcas de diseño de ropa también comercializan una línea de gafas) que por su eficacia a la hora de proteger nuestros ojos. De hecho, según los datos facilitados por el Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas de España (CNOO), una de cada tres gafas de sol que se venden en España, no supera los controles sanitarios.

Comprar las gafas de sol en un puesto callejero o en establecimientos no especializados es un riesgo que puede acabar dañando gravemente la visión, ya que no proteger adecuadamente los ojos de la radiación ultravioleta incrementa el riesgo de alteraciones oculares severas, como conjuntivitis, queratitis, procesos degenerativos, cataratas, retinopatías e incluso la piel de los párpados. De ahí que los expertos insistan en recomendar que a la hora de adquirir unas gafas de sol se haga en un establecimiento sanitario de óptica que nos garantizará  que las lentes que adquiriremos en ellos cumplen todos los parámetros de seguridad y calidad, además de contar con el asesoramiento de un profesional que nos aconsejará según nuestras necesidades personales, ya que cada persona tiene una sensibilidad distinta a la luz. Al igual que con los filtros solares para la piel, también existen lentes solares con filtros que actúan en función de las necesidades del usuario.  Estos filtros van del 0 al 4, siendo utilizado el 0 para lugares de poca luz, el invierno, con cielos nublados y las fotofobias.

  • El filtro 1 es el más recomendado para usar en ciudades donde hay luz y sol pero en cantidades moderadas. Por lo general, este lente tiene entre el 43% y el 70 % de absorción de la radiación.
  • El filtro 2 (el más utilizado junto al 3), se usa en lugares con mucha luz, además de para correr, montar en bicicleta o para ir al campo.
  • El filtro 3 está concebido para veranos con mucho sol, de manera que cubran bien los ojos. También para ir a la playa o al campo en días muy luminosos.
  • El número 4 es para alturas superiores a los 3.000 metros, sobre todo para la nieve. Está especialmente desaconsejado para conducir automóviles porque en un túnel, por ejemplo, limita la visión casi por completo.

Además,  será el óptico-optometrista quien pueda indicarnos las opciones más adecuadas como las lentes polarizadas, cuyo tratamiento elimina los reflejos horizontales que pueden llegarnos del agua o el asfalto, evitando el deslumbramiento; las lentes fotocromáticas, que se oscurecen en presencia de luz y se aclaran en la oscuridad, y los lentes espejados, especialmente recomendables para deportes náuticos y ambientes deslumbrantes.

En cualquier caso es conveniente seguir algunas pautas a la hora de comprar nuestras gafas de sol. Según las recomendaciones de la Asociación Visión y Vida:

  • Prestar atención a la marca “CE” como estándar mínimo de calidad.
  • Deben cumplir el estándar europeo sobre Gafas de Sol (EN 1836:1997). Exigir que la gafa de sol tenga especificado el nº de categoría de filtro (factor de absorción). Va de 0 a 4 en función de su capacidad de absorción a la luz (ver en el gráfico).
  • Exigir que las lentes tengan filtros para la radiación UVA.
  • Preferir las lentes de alta calidad.
  • Es recomendable que la gafa tenga la mayor protección lateral posible.
  • En el caso de ser miope, hipermétrope o astígmata, poner atención a la compensación óptica de las lentes al adquirir gafas de sol graduadas.
  • Las gafas de sol no están fabricadas para proteger las estructuras oculares en la observación directa de los eclipses solares o para broncearse con rayos UVA.
  • No importa su color, pero son aconsejables el gris o el marrón (los que menos modifican las tonalidades).
  • La gafa de sol con la gradación adecuada es recomendable para cualquier época del año en la que disfrutemos de actividades en el exterior.
  • Asesorarse por un profesional sobre las características del cristal más adecuado según la actividad o el ambiente en que se utilizaran.

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