Munch: objeto de deseo

El robo de obras de Arte, fuente de inspiración de numerosas películas y ladrones novelescos, pasa a ser un riesgo de primer orden si un Museo, Galería o coleccionista cuenta con obras de autores como Picasso, Rembrandt o Munch. Precisamente, éste último es el autor de la última ”sustracción” de gran valor conocida.

A pesar de que sucedió hace casi seis meses, la Policía noruega acaba de reconocer que dos enmascarados, según la declaración de testigos, huyeron de la prestigiosa Galería de Arte de Berntsen Kaare, en el centro de Oslo con la obra Separación II del artista noruego Edward Munch, valorada en 250.000 euros. El vehículo robado en el que huyeron aparecía días después abandonado frente a la embajada británica de la capital noruega. En pocos minutos y sin que saltase la alarma, desaparecieron con la tercera obra de Munch robada en cinco años.

En el verano de 2004, dos enmascarados entraban a plena luz del día y a punta de pistola en el Museo Munch de Oslo sustrayendo la famosa obra El Grito y Madonna, ambas de incalculable valor. Hasta dos años más tarde dichas obras no fueron recuperadas con daños completamente irreparables.

A pesar de la obsesión de los cacos por Munch, no es el ”artista más robado” de la historia. El primer puesto de este singular ranking lo ocupa Pablo Picasso con 572 obras en paradero desconocido a día de hoy. A Picasso le siguen, con 364 obras perdidas, Joan Miró y, en tercer puesto, Marc Chagall, con 317 obras robadas. Otros autores muy ”deseados” por los ladrones de Arte son Salvador Dalí; Alberto Durero; Rembrandt y Andy Warhol.

Lejos de ser delitos puntuales, la agencia privada The Art Loss Register asegura que en los últimos años se ha disparado este tipo de crímenes que generan el aumento del valor de las obras, aunque ya de por si, el de la mayoría de ellas, sea incalculable.

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