La esperanza de vida de las mujeres es cada vez mayor como indican los datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), según los cuales, en España la esperanza de vida de las mujeres es de 82,9 años, una cifra que se prevé que en 2020 se sitúe en 85,1 años, lo que hace que cada vez sea más importante que las féminas puedan continuar con su vida cotidiana durante el climaterio y para vivir la menopausia como una etapa más de la vida.
Hay un momento de la vida de las mujeres –alrededor de los 51 años, aunque el espectro se mueve entre los 48 y los 54 años- en la que los ovarios dejan de funcionar, por lo que cesa de la menstruación y disminuye la producción de las hormonas femeninas (los estrógenos y la progesterona), dando con ello lugar a fuertes cambios endocrinológicos que se suelen traducir en síntomas molestos que alteran la dinámica social y laboral. A este período de ‘transición’, que puede durar varios años, entre la edad fértil y la vejez se le denomina climaterio, y llevará –al 90% de las mujeres- a la menopausia.
Todo este proceso es, y como tal se debe vivir, algo natural. Sin embargo, La menopausia merma la calidad de vida de siete de cada diez mujeres españolas. Además, una de cada cuatro mujeres en edad menopáusica requiere de tratamiento hormonal, a pesar de lo cual menos del cuatro por ciento sigue este tipo de terapia, según han expuesto especialistas en la materia reunidos en el ‘II Curso de Climaterio y Menopausia’, de laAsociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM). Para el coordinador de este curso y miembro de la AEEM, el doctor Nicolás Mendoza, es la “falta de información” la principal causa de que “sólo un cuatro por ciento de estas mujeres siga una terapia hormonal”, cuando este tratamiento mejora la calidad de vida de las mujeres frente a la llegada de la menopausia y de “trastornos y patologías asociadas, como la osteoporosis, problemas cardiovasculares, incontinencia urinaria o sofocos”.
Por su parte, el presidente de la AEEM, el doctor Rafael Sánchez Borregoha hecho hincapié en la necesidad de que se actualicen varios protocolos de tratamiento en la atención sanitaria que recibe la mujer “para que podamos aplicarlos de manera individualizada a cada paciente”. Se trata, ha dicho, “de fomentar la coordinación y formación de los especialistas implicados en el tratamiento de los posibles trastornos que pueden presentarse en la mujer madura y promover el conocimiento de la mujer en esa etapa de su vida”.
Según la AEEM, la idea tan extendida de que las terapias hormonales son perjudiciales para la salud ha sido la razón fundamental por la que las reticencias entre las mujeres ante este tratamiento sean tan elevadas, aunque los expertos insisten en que aplicándose en la dosis adecuada, el tiempo necesario y bajo control médico, no existe ningún problema. En cualquier caso los expertos también insisten en la importancia de la prevención.
Por ello, el doctor Sánchez Borrego ha recalcado que “desde el momento en que la mujer empieza a tener desarreglos menstruales debe continuar con los hábitos de vida saludables recomendados para cualquier otra persona o adoptarlos si no los tenía anteriormente. Así, se debe realizar ejercicio físico de forma continuada, dejar hábitos como fumar o el consumo excesivo de bebidas alcohólicas y tener una alimentación equilibrada y rica en alimentos con calcio”.
