Medicamentos: un riesgo con la edad

Las probabilidades de que un sujeto mayor sufra una reacción adversa a la medicación que consume es del 5%, según los datos de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, cuando se consume un solo fármaco y casi el cien por cien de posibilidades, cuando se toman más de diez. La SEGG además señala que hasta el 35% de las personas mayores que viven en sus domicilios y toman fármacos sufre uno de estos episodios.

Diferentes investigaciones señalan que más del 50% de las personas de edad avanzada toman 4 ó 5 medicamentos recetados por el médico y 2 medicamentos sin receta. Unas cantidades que los expertos ya marcan como ‘polimedicación’, un hecho constatado, especialmente a partir de los 65 años. Y es que con el paso de los años las enfermedades crónicas se van acumulando, a lo que además de deben sumar otros factores como sexo, percepción de la salud, nivel cultural, posición económica, características del médico de atención primaria y hospitalaria, etc. que inciden en el número y el tipo de medicamentos utilizados.

Según un estudio publicado en Rev Calidad Asistencial (2011;26:90-6. – vol.26 núm 02) son los mayores de 65 años los que consumen más del 30% de los medicamentos que se prescriben en los servicios de atención primaria (lo que supone el 75% del gasto farmacéutico). Entre los medicamentos más habituales que se recetan a los mayores se encuentran los antihipertensivos, antidiabéticos, antiparkinsonianos, psicotrópicos, anticoagulantes, tranquilizantes, etc., fármacos que pueden provocar efectos secundarios e interacciones importantes, más aún si se tiene en cuenta que con la edad aumenta el riesgo de reacciones adversas y esas reacciones tienden a ser más graves, debido a que el porcentaje de agua en el organismo de las personas añosas disminuye y la concentración del fármaco aumenta y que los riñones pierden eficacia para excretar los fármacos por la orina, y el hígado los metaboliza peor. Además, la mayoría de los fármacos no han sido estudiados adecuadamente en las personas mayores.

A la hora de reducir el riesgo de sufrir una reacción adversa a los medicamentos es importante contar con la figura del geriatra, ya que éste cuenta con una visión integral y es capaz de coordinar y reducir la medicación, haciendo una prescripción más segura para el paciente. En cualquier caso es conveniente consultar las dudas que tengamos bien al médico o bien al farmacéutico y advertir inmediatamente de cualquier cambio en nuestro estado que pueda estar relacionado con los fármacos. Algunas comunidades autónomas han diseñado diferentes programas de atención a mayores polimedicados, como el caso de Madrid y Extremadura, que se basan en la coordinación de los profesionales sanitarios de atención primaria, atención especializada y oficinas de farmacia.

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