Me da leche desnatada…

Marge, un bovino prodigioso, es, en los últimos días, noticia. El animal no hace malabarismos, ni extravagancias: produce, sin ningún tipo de manipulación genética previa, leche con las mismas proteínas pero mucha menos grasa que cualquier otra vaca y, además, rica en Omega 3. Y lo mejor: ha tenido terneras. Esto, que pudiera parecer un descubrimiento poco menos que curioso, se ha convertido en un gran hallazgo nutricional. En el aire aún: la posibilidad de comercializar esa leche desnatada natural con Omega-3.

Si bien muchos sabemos que, según los mensajes publicitarios, una leche baja en grasa y los alimentos que contienen Omega 3 son beneficiosos para nuestra salud, pocos conocemos los verdaderos motivos.

Leche desnatada. La única diferencia nutritiva entre la leche entera y la leche desnatada se basa exclusivamente en su contenido en grasa, y en consecuencia, en su valor calórico. Así, la leche desnatada es más recomendable para una dieta saludable, sobre todo, en esos casos en los que hay que controlar las calorías que ingerimos, véase, los casos de obesidad, trastornos cardiovasculares, hepáticos o biliares, y diabetes, entre otras enfermedades. Además, es más fácil de digerir por nuestro organismo.

Omega-3. Siendo una sustancia que suele faltar en la dieta moderna, es clave en el desarrollo y correcto funcionamiento de nuestro cerebro. Se suele encontrar en pescados frescos como el salmón, atún, caballa y sardina, por eso, el caso de este bovino neocelandés cuya leche contiene gran cantidad de Omega 3 es tan excepcional.

Entre los beneficios de esta sustancia, beneficiosa en general en todos los aspectos de nuestra salud, destacan aquellos que se refieren a la mejoría de las funciones y salud mental, siendo muy recomendable en el tratamiento de enfermedades como la depresión, la esquizofrenia o la ansiedad.

 

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