Matta, en IVAM

Quizá no sea uno de los artistas más conocidos, pero sin duda sí ha sido uno de los más importantes, históricamente hablando; miembro del grupo surrealista, precursor del expresionismo abstracto americano fue un artista visionario, pionero en relacionar la ciencia, la naturaleza y el ser humano, dentro del ámbito artístico.

Arquitecto de formación, estudió la carrera en su Santiago de Chile natal, para completar sus estudios junto a -nada y nada menos- que Le Corbusier, con quien trabajó durante algunos años. En los años 30 se estableció en Madrid, donde creo vínculos que le influirían notablemente, como fue el caso de su amistad con Federico García Lorca. Durante la Exposición Internacional de París tuvo la ocasión de conocer a grandes artistas de su tiempo, como Picasso, Calder o Magritte. Gracias a Dalí y al propio Lorca, pudo tomar contacto con André Breton, quien le invitó a unirse al Surrealismo en 1937, de este modo, participó en la Exposición Internacional del Surrealismo del año 38 y entró en contacto con Marcel Duchamp, entablando una relación de amistad que se prolongaría durante años.

Sus pinturas, donde destacan los elementos biomórficos y sus innovaciones técnicas, pronto calaron en la élite artística neoyorquina del momento, influyendo en los creadores del New York School -Pollock, Motherwell, Gorki…- y convirtiéndose en un nexo imprescindible entre las tendencias artísticas europeas y las americanas.

Esta exposición, que abrió sus puertas el pasado 15 de febrero en el IVAM de Valencia, está comisariada por Marga Paz, y podrá visitarse hasta el próximo 1 de mayo. En ella podrán verse más de 30 piezas del artista chileno, algunas de ellas de gran formato, que sin duda nos ayudarán a comprender más a fondo una de las figuras más relevantes y controvertidas del arte del siglo XX.

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