Los cambios bruscos de temperaturas que estamos sufriendo en las últimas semanas están afectando a nuestra salud y se están traduciendo, sobre todo, en un aumento de los casos de alergia. Si bien en nuestro país al menos un 13 % de la población se trata de esta patología, especialmente molesta en primavera y otoño, la mayoría de los que la padecen lo desconocen. El polvo, los agentes contaminantes, el calor y el polen de las plantas pueden desencadenar en afecciones respiratorias que llegan a convertir, en muchos casos, estos primaverales días en un suplicio.
Sin embargo, siguiendo una serie de consejos podremos llevarlo de la mejor manera posible. Estamos en la época de máxima polinización, por tanto, no dejes las ventanas de casa abiertas. Además, el viento salta cuando menos lo esperas, así que evita hacer demasiadas salidas a espacios al aire libre en estos días, también cuando el ambiente sea demasiado seco o caluroso.
Las zonas con abundante vegetación y, sobre todo, el césped recién cortado son otros puntos calientes, caldos de cultivo para que al mismo tiempo broten todos los síntomas de nuestra alergia y de manera violenta, así que deberemos limitar nuestras excursiones ‘verdes’. Las mejores horas para salir a la calle son las primeras de la mañana y las últimas de la tarde, cuando las condiciones ambientales extremas se calman. Si decidimos ir en coche en horas ‘de peligro’ a algún sitio, mejor si las ventanillas se mantienen cerradas y ponemos el aire acondicionado, que servirá de filtro para las partículas de polen que se pudieran colar del exterior. Nunca, eso sí, deberemos trasladarnos en moto, bicicleta o en un automóvil descapotable.
En casa, deberemos retirar las alfombras y moquetas y lavar frecuentemente la ropa de cama así como las cortinas, manteles y servilletas de tela. A la hora de secar nuestra ropa, y para evitar que se queden impregnadas pequeñas partículas de polen, por tanto, deberemos habilitar un tendedero en el interior o usar la secadora.
Todas estas recomendaciones deben ir acompañadas del oportuno tratamiento que nos haya prescrito nuestro médico.
