Parece que las locuras van unidas a la juventud y a medida que cumplimos años nos echamos las manos a la cabeza por las cosas que hacen nuestros hijos, nuestros nietos e, incluso, recordando las que hicimos nosotros en su día… pero, ojo, que algunos seguimos teniendo ese espíritu adolescente que nos permite enamorarnos como si tuviéramos 15 años, darlo todo en una pista de baile o ganar una carrera con la agilidad de un cervatillo.
Estas son 3 historias que hemos encontrado en la red y que representan que las locuras no son algo exclusivo de los más jóvenes.
1. Casarse cumplidos los 100 años:
2. Bailes en la puerta de un supermercado:
3. La abuela corredora: