Los inicios de los “coches en masa”

Aunque cada continente, cada país, cada región e incluso cada localidad, tienen un estilo de vida más o menos marcado, uno de los más conocidos (probablemente por culpa, en gran medida, del cine) es el estilo de vida americano… ¿Y qué puede haber más típicamente americano que sus coches? ¿Y cuál de ellos sería probablemente el más identificativo de la cultura nortaemericana? Pues posiblemente el FORD, el“primer coche de masas”.

Henry Ford nació un 30 de julio de hace 150 años y su origen granjero poco hacía sospechar que llegase a ser el ‘culpable’ de que poseer un automóvil estuviese al alcance de una mayoría de la población. El propósito de Ford no era hacer coches para la clase pudiente, sino hacer vehículos para el ciudadano de a pié. Y lo logró al reducir considerablemente los costes de producción (de 825 a 260 dólares) gracias a al trabajo en la cinta transportadora que permitía que cada trabajador realizase una maniobra. Así, en lugar de 12 horas, finalizar el montaje de un automóvil suponía 90 minutos. El resultado fue el Ford T, que supuso una auténtica revolución social, ya que por un lado sacó del aislamiento a muchas zonas rurales de los Estados Unidos, y por otro, contribuyó al crecimiento de la clase media al dar a sus empleados sueldos superiores a la media, con lo que también aumentó el número de posibles compradores de coches. Ford murió en 1947, a los 83 años, sin poder ver ni la serie F de camionetas pick-up y, posteriormente, el clásico auto deportivo Mustang.

El famoso Ford A, que hizo su aparición en 1927 y se fabricó hasta 1931 (un total de 4.320.446), es una verdadera joya de la historia automovilística mundial. No en vano supuso el segundo gran éxito de la marca tras su predecesor, el Ford T. Una de las principales novedades del Ford A a es el uso del colores distintos al negro, estando disponible en cuatro colores estándar, ninguno de ellos el negro.

Otro histórico de la marca es el Ford Mustang, uno de los clásicos de Ford más conocidos cuya andadura comenzó en 1961 con el proyecto del entonces y gerente general de la compañía, Lee Iacocca, que pensó en un coche que no superase los cuatro metros y medio y el peso estuviera por debajo a los 1130 kilos, con asientos deportivos de cubo para 4 personas, palanca al piso, y un precio que estuviese sobre los 2500 Dólares. Pero además, estaba diseñado “para todos”, ya que ofrecía un abanico de configuraciones para ser tan simple, económico, rápido o lujoso como el comprador quisiera. Se fueron construyendo modelos distintos a lo largo de los años, pero quizá los mayores cambios se presentaron con el SportsRoof de 1969 y en 1971 con los modelos BOSS 302 y BOSS 429. Pero desde luego, el que pocos olvidarán seguramente será el Mustang Cobra II 1976, presente en la película “Los Ángeles de Charlie” conducido por Farrah Fawcett.

En la producción de este grande del automovilismo no podía faltar un deportivo, y entre estos destaca el Ford GT40 Roadster, todo un clásico que, curiosamente, no fue concebido en Estados Unidos, sino en los estudios de diseño de Ford en el Reino Unido.

Capítulo aparte supone la línea de camiones de Ford, entre los que también se pueden encontrar algunos clásicos como el F-100 de 1955, uno de los camiones de más lujo que Ford construyó nunca. Uno de los camiones clásicos más raros de Ford es el Ranchero 1970.

En la actualidad la familia Ford sigue controlando la empresa con el bisnieto de Henry, Bill Ford, como presidente ejecutivo, si bien la compañía cotiza en la bolsa desde 1956. Ford ha disparado un 375% sus ventas de coches híbridos gracias a la amplitud de su gama de vehículos electrificados y además ha comenzado la fabricación de la furgoneta Transit Connect.

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