Los habitantes de la casa deshabitada

Nos encontramos ante una de las obras más divertidas dentro de la asombrosa producción literaria de Enrique Jardiel Poncela (Madrid, 1901 – 1952), el mago inigualable del humor sobre las bambalinas. Su pluma fue capaz de acumular como en una chistera sin fondo un extraordinario talento para conseguir dar a luz obras de frescura incansable y un vivaz diálogo hilarante; Jardiel, sin duda, estuvo tocado por ese dedo divino que consigue inundar a todos de ganas de vivir, logrando que el público disfrute, todavía hoy, plenamente del teatro.

El Teatro Fernán Gómez, donde actualmente puede verse la “Los habitantes de la casa deshabitada”, tiene además un escenario apropiado para su representación, permitiendo que el inicio del espectáculo -con un coche que marcha de verdad ante la mirada atónita de los asistentes- se desarrolle a la perfección.

Tras el mágico inicio de la acción, conoceremos a dos de los protagonistas: Gregorio, un chofer guasón, y Raimundo, su jefe, un aristócrata con pretensiones de mecánico. Perdidos en el bosque, en medio de la tormenta, tienen conocimiento de que existe una casa en la que pueden refugiarse, un lugar al que los habitantes de la zona llaman la casa deshabitada. A partir de aquí todo puede suceder en esta peculiar vivienda que desde fuera parece tener dos pisos, pero dentro sólo tiene una estancia…

La suma del fantasmagóricamente divertido texto, con la excelentes y sincera interpretación de los actores, logran que el espectáculo sea una delicia y un gozo infinito para los espectadores. El absurdo y la alta comedia, el teatro de magia y el melodrama se funden con naturalidad en esta obra capaz de arrancar carcajadas hasta al más serio de los asistentes.

Un rato agradable asegurado, a precio reducido para los mayores (17€); eso sí, sólo hasta el próximo día 24.

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