Los calzados galácticos

La pequeña artesanía del zapato ha padecido, como tantas otras cosas, la globalización, y muchas pequeñas fábricas han sucumbido al empuje de los productos más baratos que vienen de Asia.

En cambio, algunas marcas de altos vuelos, caracterizados por la gran calidad de materiales, pero también y sobre todo por la fuerza del diseño y el renombre de sus creadores, no han dejado de internacionalizarse. El caso paradigmático, incluso un pelín sobreexpuesto por su frecuentación de alfombras rojas y series de televisión glamourosas, es el de Manolo Blahnik. El modisto canario, especializado en la fabricación de esos zapatos que pese a sus imposibles tacones todas sus propietarias consideran comodísimos, ha conseguido que algunas clientas lleguen a comprarle manoletinas por casi 500 euros. Y es lo más barato que va a encontrarse en sus exclusivas tiendas de Nueva York, Londres, Hong Kong, Dublín o Madrid. La originalidad –pese a ser copiados hasta la saciedad- y la gracia de los acabados, así como el trato señorial y personalizado, justificarían que uno pueda gastarse más de 3.000 machacantes en unos stilettos.

Londres también fue el trampolín de un diseñador malayo Jimmy Choo que, en este caso, si llevaba el oficio tradicional en las venas, al haber sido la suya una familia de zapateros en Penang. Así, al haber recibido las primeras nociones en casa añadió la formación en el Cordwainers’ Technical Collegelondinense y la práctica independiente en un taller de Hackney. Fue allí donde los buscadores de tendencias de Vogue lo localizaron y lo auparon a la fama, con reportajes detallados y hasta el patronazgo de su directora, que fundo una compañía con Choo. Su calzado, moderno, colorido, polivalente y urbano, y con líneas que incluyen botas de caña alta o alpargatas, sigue estando solo al alcance de bolsillos fuertes, como el de las estrellas de Holywood que los lucen en las galas de premios. Sin embargo, Choo ha mostrado su interés por un público más amplio en colaboraciones con cadenas como H&M, que desde 2009 disfrutan de su colaboración para sus líneas de calzado.

Louboutin aporta a esta liga de las estrellas su punto de exquisitez francesa y de riesgo de alta costura. Amamantado por Dior e Yves Saint Laurent, Christian Louboutin ha hecho célebres las suelas rojas de sus zapatos, así como un gusto extremado y muy personal, que incluye grandes tacones, adornos de cristal, botones e incluso remaches de metal. Como en los anteriores casos, Louboutin cuenta con tiendas en las mejores zonas de la principales capitales de la moda, aunque también se ha incorporado a la modernidad con un servicio de compra online.

Comentarios

Deja un comentario