“Luke, yo soy tu padre’. A pesar de parecer una de las mejores frases de la historia del celuloide, no es real, lo que la convierte en una de las mejores falsas citas cinematográficas, según un ránking elaborado por lovefilme.com.
Forman parte del imaginario colectivo, frases cinematográficas que definen a películas pero que, sin embargo, nunca existieron, al menos, al pie de la letra. Son tantas y tan conocidas que el portal de cine británico lovefilme.com ha elaborado un ranking, a partir de las votaciones de sus usuarios, con las mejores falsas frases de películas.
Coronando este ranking, las palabras, erróneas, que le dice Darth Vader a Luke Skywalker en La guerra de las galaxias: El imperio contraataca: ”Luke, yo soy tu padre’‘, cuando en realidad dice ”No, yo soy tu padre”. A pesar de que la mayoría de las falsas frases nacieron a partir de una pequeña modificación en su traducción literal del inglés, también en éste idioma han terminado por aceptarse como verdaderas estas segundas versiones.
¿Cuál dirías que es la frase más famosa de la inolvidable Casablanca? Probablemente, tu respuesta sea ”Tócala otra vez, Sam”. Sin embargo, ésta cita, que ocupa el cuarto lugar en el ranking de lovefilm, es una versión abreviada de lo que realmente le pide el personaje de Humprey Borgart a Sam: ”La tocaste para ella, tócala para mí. Si ella la resistió, yo también. ¡tócala!”.
Estas falsas citas, tan o más famosas que las propias películas en las que supuestamente aparecieron, han conseguido mitificar aún más estas producciones. Como el ”¿Espejito, espejito, quién es la más bonita del reino?” de Blancanieves y los siete enanitos, cuando en realidad la malvada madrastra pregunta ”Espejo mágico, en el muro, ¿Quién es la más hermosa de todas?”; la escena de Harry el Sucio en la que Clint Eastwood dijo, según una amplia mayoría de personas que recuerdan la película, ”¿No deberías sentirte afortunado, vago?”, a pesar de que dijo ”…no crees que debieras pensar que eres afortunado”.
Lo anecdótico de este ranking deja ver hasta qué punto los propios espectadores acaban por hacer cine y llevarlo a lo más alto aunque sea a base de imaginación…
