Hay turistas de todas las clases, eso está claro; sibaritas, aventureros, adictos del sol, mochileros, amantes de la cultura… cada uno tiene sus preferencias a la hora de viajar y, como es lógico, selecciona su destino en función de las mismas. El arte es otro de los mayores reclamos turísticos que existen; el deleite estético mueve cada año a millones de personas que no quiere renunciar a dejarse seducir por la belleza, fruto de la mano del hombre.
Nuestra propuesta viajera de hoy va dirigida precisamente a los amantes del arte y la cultura, que bien podrán inspirarse en nuestras sugerencias para planear su próximo destino turístico. En las siguientes líneas encontrarán información sobre las mejores colecciones artísticas del mundo y los museos que las atesoran; un reclamo a la medida de los sedientos de sabiduría.
Casi todas las revistas especializadas, y los turistas, coinciden en el que el Museo del Louvre es el mejor del mundo y, la verdad sea dicha, su visita bien vale un viaje a París. Con más de 60.000 metros cuadrados de exposición, está consagrado a todas las manifestaciones artísticas desarrolladas antes del impresionismo. Más allá de poseer la mítica “Giocconda” el Louvre atesora en sus pasillos algunas de las piezas más icónicas del pasado como la Venus de Milo, el Código de Hammurabi o El Escriba Sentado.
En el segundo lugar de nuestra lista nos encontramos con el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, otra institución de interminables galerías en la que podemos encontrar piezas de lo más variopintas. Desde mobiliario hasta arte contemporáneo, pasando una de las mejores colecciones de instrumentos musicales del mundo, prácticamente todo tiene cabida en el “Met”. Algunas de sus obras más celebradas pertenecen a artistas como El Greco, Velázquez o Caravaggio; aunque si se quiere disfrutar del arte autóctono en todo su esplendor, no hay que perderse las galerías dedicadas al paisajismo americano de finales del XIX.
Desde la Gran Manzana nos desplazamos a Roma, cuna de los asombrosos Museos Vaticanos, por donde necesariamente tendrán que pasar todos aquellos visitantes de la Ciudad Eterna que quieran disfrutar de la Capilla Sixtina. Este conjunto expositivo incluye varios museos y colecciones –Pinacoteca, Museo Etrusco, Egipcio, de Tapices…- además de los palacios Pontificios, entre los que destacan el Palacete Belvedere y las Estancias de Rafael.
Ver estas tres colecciones de arte en profundidad puede llevar fácilmente más de un día completo, pero sin duda vale la pena explorarlos y asombrarse ante las grandes joyas que exhiben y, sobre todo, ante esas pequeñas obras que, aunque llaman menos la atención del turista poco avezado, son en realidad auténticas maravillas.
