Se llama Tao Porchon-Lynch y acaba de terminar de escribir sus memorias ”Dancing Light: the Spiritual Side of Being Through the Eyes of a Modern Yoga Master”, es casi centenaria y sigue impartiendo clases de yoga en Nueva York y dejándose llevar por el baile, su gran pasión o como ella dice ”el champán que llena de burbujas mi vida”.
Esta presumida anciana no lleva jamás zapatos planos porque ”caminar con tacones revitaliza mis piernas” y sigue desde bien pequeña un mantra ”no hay nada que no seas capaz de realizar” y es precisamente esta frase la que le ayuda a conseguir todo lo que se propone.
Desde que nació no ha parado de superarse a sí misma, su madre falleció tras el parto y fue criada por sus tíos, a los ocho años se convirtió en vegetariana porque no soportaba que se matase a los animales, durante la II Guerra Mundial, ayudó a miembros de la resistencia francesa a escapar de los nazis; Ernest Hemingway, Marlene Dietrich, Elizabeth Taylor, Marilyn Monroe o Clark Gable formaron parte de su círculo de amistades, incluso participó en dos marchas con Gandhi.
Pero lo que le ha convertido en una celebrity es el yoga, deporte que practica desde que era una niña, cuando aún no estaba bien visto en mujeres. A ella le dio igual y pensó que si los hombres podían practicar aquel deporte tan bello, ella también. Lo descubrió allá por 1926 y quedó absolutamente fascinada por los movimientos y, en contra de los deseos de su tía, se inició en la disciplina de la mano de los mejores maestros indios.
A Tao Porchon-Lynch no hay nada que se le ponga por delante, ella sabe que todo es cuestión de ganas y de fuerza de voluntad por eso, a pesar de sus 98 años, es positiva ”Cada mañana, me despierto feliz, sin miedo a enfrentarme a lo que me depare el día. No creo que llegar a mi edad dependa de la genética. Todos nacemos con la capacidad de generar cosas que nos hagan sentir bien pero nos dejamos llevar por la negatividad”.
Modelo, actriz, enóloga, yogui… Tao es capaz de conseguir todo lo que se propone y parece que tiene la receta de la eterna juventud ‘‘no procrastinar. Posponer las decisiones no es bueno. Comer despacio y poco. La fruta y la verdura son fundamentales. Y, sobre todo, pensar en positivo. No podemos permitir que nos dominen las malas vibraciones”.
¡Qué maravilla tener esta mentalidad y saber que todo depende de nosotros mismos!
