La Viena de Año Nuevo

Después de la resaca de las uvas -y quizá también de alguna otra cosa- son muchos quienes tras despertar encienden la tele para escuchar el Concierto de Año Nuevo que, como es tradición, cada año ofrece la Orquesta Filarmónica de Viena. Se celebra en la Sala Dorada del Musikverein y se retransmite, nada más y nada menos, que a 54 países de todo el globo. Este evento no ha perdido ni un ápice de popularidad desde que se institucionalizara en 1941, dos años más tarde de su creación, y son muchos quienes sueñan con un viaje de fin de año a la Capital austriaca que, por supuesto, incluya al menos una entrada para el famoso concierto.

No es sencillo conseguirlas, la demanda es tal que la única forma de hacerlo implica confiar en el azar. Entre el día 2 y el 23 de enero se pueden solicitar los tickets en la página web de la Filarmónica de Viena, tras lo que se realiza un sorteo entre los participantes. El precio es, sin embargo, relativamente accesible, las entradas oscilan entre los 30 y los 940 euros; mientras que, para los dos ensayos generales que se llevan a cabo, pueden adquirirse por un máximo de 400.

Viajar a Viena en fin de año comporta también otros placeres más allá del musical. Sus mercados navideños son famosos en todo el planeta; repletos de casetas de madera nevada, ofrecen productos hechos a mano, comidas típicamente austriacas y ponche templado para entrar en calor. Iglesias barrocas, grandes museos y deslumbrantes palacios completan una oferta cultural donde no faltan lasexquisiteces culinarias y los paisajes sobrecogedores. Todo un deleite para los sentidos que, además, resulta sencillo y accesible para casi cualquier tipo de turista.

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