La última cima

Pocos medios de comunicación se hacen eco estos días de una película que -pese a proyectarse tan sólo tres cines de la capital- ha batido records durante el fin de semana de su estreno, obteniendo el mejor promedio por sala, con una recaudación de cerca de 8.000 euros por cine. Nos referimos al film-documental “La última cima”, una película políticamente incorrecta porque, pese a las críticas que en los últimos tiempos está recibiendo la Iglesia, se atreve a hablar bien de los curas; algo que, en los tiempos que corren, es más bien raro por no decir inaudito.

Pues bien, “La última cima” -una producción española de bajo presupuesto, realizada por el grupo “Infinito más uno”- relata la vida de Pablo Domínguez Prieto y recoge los testimonios de quienes le conocieron. Este sacerdote no tenía nada de especial que pueda llamar la atención mediáticamente hablando -ni se dedicaba al exorcismo, ni era pederasta, ni nada por el estilo- sencillamente era un buen hombre cuyo testimonio caló hondo en la vida de todas aquellas personas con las que se topó, y si tenemos en cuenta que a su funeral acudieron cerca de 3.000, todo parece indicar que debieron ser muchas. Y es que Pablo murió joven, a los 42 años, algo que, por otro lado, él ya sospechaba. Y murió en la montaña, como era su deseo, porque allí se encontraba especialmente cerca de Dios.

La película está dirigida por Juan Manuel Cotelo quien, teniendo en cuenta el bajísimo presupuesto, ha aportado una dosis de creatividad y buen humor al film, siguiendo la estela de su opera prima “El sudor de los ruiseñores”. Con ella, el madrileño se propone ofrecer otra perspectiva sobre la idea de que los sacerdotes son personas malas, lejanas o aburridas.

En cuanto a su éxito, hay que apuntar que, en gran medida, se debe a la excepcional campaña mediática que se ha llevado a cabo desde la productora; basada en que los propios espectadores puedan pedir la proyección de la cinta en sus ciudades a través de la web www.laultimacima.com. De este modo, en tan sólo una semana la película pasará de proyectarse en 4 salas a más de 50 cines. Por otra parte, según los productores, la figura de Pablo resulta muy atractiva para los creyentes, así como la idea de una película en la que se defienda de una forma vital y cercana el sacerdocio.

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