La suspensión ideal

Los argumentos que lo explican puede tener un cariz fantasioso, pero precisamente eso los hace irrebatibles: el hecho de haber protagonizado el primer vuelo duradero y exitoso de la historia de la especie, su aire a la vez frágil y majestuoso que invita a la ensoñación y porta acentos de aventura, sus abigarrados velámenes que hacen pensar en filibusterias de la estratosfera o el recuerdo de novelas de niñez o de una era romántica y pionera de la navegación aérea.

Deleites de la imaginación que, sin embargo, sólo adornan el hecho purísimo y sobrecogedor que supone volar en globo: verse flotando sobre la tierra, con un movimiento tan sutil que da toda la sensación de estar colgado de alguna nube, pero a la vez atrincherado dentro de la seguridad de la cesta y escuchando el rumor de los quemadores que calientan y aligeran el aire del globo es una sensación que no se olvida jamás. Ni siquiera quienes sufren vértigo dejan de disfrutarla, porque la serenidad que produce deslizarse cielos arriba sin percibir ninguna fricción es verdaderamente apaciguadora.

Por desgracia, un globo aerostático es un aparato nada económico de comprar y mantener, y tampoco puede almacenarse en cualquier rincón. Y aunque el aprendizaje que hace falta para dirigirlos no sea ni mucho menos comparable al de aeronaves con motor, si que se precisa una adecuada formación. Por ese motivo, en los últimos años han aparecido un puñado de empresas con la voluntad de divulgar y hacer rentable su afición. Ofrecen recorridos fijos que atraviesan comarcas especialmente pintorescas, pero pagando el transporte o alguna clase de suplemento, no es difícil conseguir que nos eleven desde el punto que más nos apetezca.

Cataluña, que posee una de las fábricas de globo más influyentes del mundo, ha sido un faro para este tipo de iniciativas, y consecuentemente tiene mucha oferta entre la que escoger. Pero poco a poco, entusiastas de toda la península se han ido sumando y ya es posible disfrutar de su diversidad paisajística desde un gran número de sus autonomías.

Por Asturias y Cantabria opera Globo Astur  y Cirros Sur ha cubierto este vacío en Andalucía.

Los pasajeros del viento de Castilla pueden disfrutar de The Ballon Company, a la vera de la Sierra de Guadarrama, de Globos Boreal, con despegues  desde Segovia y de Aero Balas que hace rutas por el La Mancha. Por su parte, TotGlobo llega a organizar expediciones de más de un día con origen en el País Valenciano.
Balón Tour de Vic se ha especializado en vuelos corporativos y actividades para empresas que quieren dar un reconocimiento a sus empleados, mientras que Ikarus planea desde el Vallès Oriental a la Cerdanyapasando por las Guilleries de Osona. También Vola-ventura opera en la comarca. Por su parte, Globubolg ha convertido estos mismos lugares y otros como el Solsonès o el Baix Empordà en su base de operaciones. YVols Rosell se encarga de cubrir buena parte de las comarcas de Gerona.

Los precios y duraciones de estos cruceros acostumbran a estar bastante estandarizados, con unos precios que rondan los 140-175 euros por persona y entre la hora y las dos horas de vuelo, pese a que, al sumarse el trabajo previo de preparación del globo y un brindis al final de la travesía, se ocupe una mañana o tarde entera. Las compañías, por otra parte, garantizan que los viajes en globo son una forma de transporte completamente segura, y para asegurarse de ello sólo se emprenden si las condiciones meteorológicas son óptimas.

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