Mañana se estrena en Madrid ‘Lady Macbeth de Mtsensk’ de Shostakóvich, una ópera que no deja indiferente.
Desde que Gerard Mortier se convirtiera en Director Artístico del Teatro Real de Madrid, no han faltado los estrenos marcados por la polémica. Sus propuestas y montajes, a menudo en exceso crudos y explícitos, no dejan de sorprender al público madrileño, cuyos gustos parecen ser más tradicionales.
Sea como fuere, mañana se presenta en el Real una de esas óperas a las que la polémica ha acompañado desde siempre, independientemente de las preferencias de los asiduos al teatro de la capital. Se trata de ‘Lady Macbeth de Mtsensk’ de Shostakóvich, una obra en la que se narra la historia de una mujer que, en su búsqueda del amor, no hace sino cometer una concatenación de errores.
Escrita durante el Régimen Comunista Ruso, la obra no gustó ni siquiera al propio Stalin, quien -según parece- criticó duramente la música tildándola de caótica. Posteriormente, ha sido considerada escabrosa y casi pornográfica, por los momentos sangrientos y de sexo explícito que en ella se muestran, así como por lo macabra que se torna una historia que, en el fondo, como antes decíamos, nos habla de una mujer ansiosa de amor verdadero.
Lo que no debemos olvidar es el momento en que fue escrita y lo que Shostakóvich quiso transmitir con esta ópera, en la que invirtió más de dos años de trabajo, para luego tener que modificarla al gusto del régimen. Una consecuencia que, sin duda, no debería haber extrañado al autor de una historia en la que se critica duramente la situación de la mujer en la Rusia rural de la época, así como a los órganos de seguridad del país.
La producción procede de la Ópera de Amsterdam y repite el mismo elenco de actores que también han trabajado en la pieza en su paso por París. Eva-María Westbroek hace una interpretación redonda como Katerina, la gran protagonista; una mujer que, pese a convertirse en asesina, puede acabar por despertar la simpatía del espectador.
