La marca del tiempo

La historia de la casa Longines, ejemplo máximo de calidad, elegancia y lujo que ahora celebra sus 180 años, comienza en el año 1832 cuando en la localidad suiza de Saint-Imier Auguste Agassiz abre un taller de relojería que iría desarrollando su sobrinoErnest Francillon desde 1850. Es Francillon quien da el nombre actual en 1862 y crea el logo del reloj de arena alado. Se lanza a buscar nuevos métodos de fabricación y trata de reunir en un mismo espacio a los diferentes artesanos implicados en el montaje de los relojes. Además es el primero en lanzar, en 1868 un mecanismo cuya carga se realizaba a través de la corona del propio reloj, sin necesidad de una llave.

Pero demos un salto en el tiempo para situarnos en estos días en los que la prestigiosa casa relojera acaba de lanzar, para festejar su aniversario número 180, el reloj Longines Avigation Watch Type A-7, un cronógrafo de excepción con el que se ha querido rememorar los modelos desarrollados en los años 30 para ser utilizados por los pilotos americanos, y que respondían a criterios muy precisos de estética, calidad y precisión, y que obtuvieron la mención “Type A-7” del ejército por su gran talla y su corona estriada que permitían una lectura y una manipulación rápida, sin mover el brazo ni soltar la palanca de mando. El nuevo Avigation Watch Type A-7 cuenta con el movimiento exclusivo monopulsador de rueda de pilares y un diseño que seduce a primera vista, gracias a su caja de acero de 49 mm de diámetro, la esfera negra desplazada 45°, agujas “Breguet” de los minutos y de las horas y correa de piel de aligátor negra.

La historia de la marca Longines ha estado vinculada al mundo de la aviación, pero también al del deporte. En 1876 la marca incorpora un mecanismo de cronógrafo sencillo patentado por el relojero Alfred Lugrin, siendo el primer cronógrafo de una larga serie de instrumentos destinados al cronometraje deportivo, que tiene uno de sus momentos clave en 1896, cuando se le encargó la medición de los tiempos en la primera Olimpiada moderna, después de contar con una experiencia de 10 años equipando a la mayoría de los jueces deportivos de la región de Nueva York y midiendo los tiempos en las carreras de caballos desde 1881. A continuación vendrían 14 Olimpíadas más en las Longines ha sido el cronometrador oficial, al igual que en más de 30 Tour de Francia, campeonatos deportivos de gimnasia, esquí, competición ecuestre o Fórmula 1 (disciplina en la fue patrocinadora durante varios años de la escudería Ferrari). En 1952 fue la primera compañía que unió un sistema de medición de tiempo a una foto finish.

Pero Longines no sólo destaca por las innovaciones propiamente técnicas, sino también por el sistema de fabricación que implanta de forma también pionera, ya que se establecen procedimientos de calidad y de control de la producción, de forma que se llegó a lograr que tras ensamblarse el movimiento y montarlo en la caja, es decir, una vez acabado el reloj, pasa un control final a cargo de relojeros experimentados. Se comprueba la regularidad de la marcha, y si se detecta alguna anomalía en el funcionamiento, el reloj es devuelto a los talleres de cronometraje o a un taller correspondiente a una fase anterior del proceso de producción. Hoy Longines sigue estando, más que nunca, a la cabeza de la técnica, el diseño y el lujo relojero.

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