La historia de un abuelo y un nieto a los Oscars

Esta semana se ha sabido que 15 años y un día será la representante de la industria cinematográfica española para competir por los Oscars, los populares premios de la academia norteamericana. Seleccionada por delante de las otras candidatas, Alacrán enamorado de Santiago A. Zannou, Caníbal de Manuel Martín Cuenca y La gran familia española de Daniel Sánchez Arévalo, la película de Gracia Querejeta será evaluada ahora para ver si figura entre el exclusivo grupo de las finalmente nominadas para mejor película de habla no inglesa en la gala de febrero de 2014.Más allá de sus valores cinematográficos, lo que para nosotros resulta más interesante de 15 años y un día es que cuenta la relación de un abuelo con su nieto. Alarmada por su comportamiento errático, la madre interpretada por Maribel Verdú decide mandar a su hijo una temporada con su abuelo, un militar retirado que vive en un pueblo costero de Andalucía y que está distanciado de su familia. Ella piensa que el carácter recto y amor por la disciplina de su padre puede ayudar a enderezar al vástago torcido, aunque luego la historia revele muchos matices.

Sin querer ahondar en detalles de la intriga que a partir de esa premisa se desata, lo bonito de 15 años y un día es ver la interacción entre esos dos personajes, interpretados por Tito Valverde y Arón Piper. Porque no sólo la manera de ser del abuelo influirá en el joven, sino que también él saldrá de su cerrazón y cambiará gracias al encuentro con su nieto.

La historia del cine no es ajena a retratos conmovedores de esta relación. Algunas con doble filo, como esas escenas entrañables en las que un hombre tan implacable como Don Vito Corleone juega con su nieto Anthony en El padrino. Otras en las que el abuelo resulta ser una persona llena de defectos, difícil de tratar, con malas relaciones con mucha gente, pero que cuando entra en contacto con los hijos de sus hijos se convierte en una persona generosa, vital y capaz de transmitir grandes enseñanzas, como Royal Tennenvbaum en los Tennenbaums o el abuello Hoover en Little Miss Sunshine. Y otras han sido grandes éxitos críticos de los últimos años, como Camino a casa, de la coreana Jeong-Hyang Lee, que narra llena de ternura y admiración la vida de una abuela sordomuda en compañía de un malcriado nieto que sus padres tienen poco atendido.
Son solo algunos ejemplos del potencial fílmico de esta temática, capaz muy a menudo de traspasar la coraza de los espectadores más duros.

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