La Diva se despide

Todo Hollywood permanece conmocionado tras haber conocido la muerte de la gran Damme del cine, Elizabethe Taylor. Desde mayormente, queremos también rendirle nuestro particular homenaje haciendo un breve repaso de su carrera e invitando a nuestros lectores a dedicar un rato de ocio este fin de semana para disfrutar de alguna de sus celebradas películas.

Si alguien ha tenido en la historia del cine una larga trayectoria artística, sin duda, esa ha sido Liz Taylor. Tras emigrar con su familia a Estados Unidos, a causa del estallido de la Segunda Guerra Mundial, se establece en Los Angeles donde, con tan sólo 10 años, consigue su primer papel cinematográfico, en la película “There’s One Born Every Minute” (1942), una comedia dirigida por Harold Young.

Aunque continua trabajando desde entonces, a lo largo de todos los años cuarenta, no es hasta los cincuenta cuando su carrera se consolida definitivamente, gracias a películas como “Ivanhoe” (1952), “Gigante” (1956) o “La gata sobre el tejado de zinc” (1958). Es también, durante estos años, cuando la Academia empieza a fijarse en su talento y recibe las primeras nominaciones a los Oscars; aunque,  hasta 1960, la diva no logrará hacerse con la ansiada estatuilla, que llega a sus manos gracias a la magistral interpretación que nos regala en “Una mujer marcada”.

Pero, sin duda, su interpretación más celebrada continua siendo la de “Cleopatra” (1963) una superproducción que se hizo interminable, por la que la Diva se embolsó más de un millón de dólares. Durante el rodaje comenzó su tumultuoso idilio con Richard Burton -también excepcional en el papel de Marco Antonio-, con quien rodaría a posteriori un buen número de cintas.
Su siguiente estatuilla la convertiría en Mejor Actriz de nuevo, gracias a su papel en “¿Quién teme a Viginia Woolf?” (1966), una de las últimas películas grabadas antes de los años setenta, cuando empieza a bajar el ritmo de trabajo y se entrega a las causas humanitarias, destacando primordialmente por su apoyo a los enfermos de sida.

El glamour de sus interpretaciones, una vida de ensueño, sus numerosos matrimonios con millonarios y estrellas del cine han contribuido a aumentar el mito de esta actriz con ojos de gata que, sin duda, ya es un icono del siglo XX; como bien reflejó el mismísimo Andy Warhol en su famoso retrato de la Diva.

Comentarios

Deja un comentario