Llega un punto en nuestra vida en la que la jubilación aparece en nuestro futuro próximo. Hay quien esta circunstancia la vive con cierta ‘impaciencia’ ante la perspectiva de contar con el tiempo del que se ha carecido durante la vida laboral para hacer aquello que se nos antojase. Sin embargo, hay quien (el 31% de los españoles, según la encuesta realizada por la empresa Randstad, líder europea en soluciones de recursos humanos) por diferentes motivos querría continuar trabajando una vez superados los 67 años, la edad legal fijada por la Ley de Modernización del Sistema de la Seguridad Social, aprobada hace apenas 4 meses.
Así pues, a la luz de estos datos, parece que la idea de alargar la vida laboral es algo que los empleados no sólo aceptan, sino que incluso valoran, ya que hasta un 27% (uno de cada tres) de los encuestados afirma que sería feliz si pudiera continuar trabajando hasta los 67 años. Es ésta una de las cifras más bajas de Europa, ya que la disposición a ampliar de la edad de retiro es, sin embargo, mayor entre los suizos (30%), suecos (32%), belgas (32%), alemanes (38%) y franceses (39%). Mientras, griegos (62%), daneses (55%) e italianos (49%) sonlos ciudadanos comunitarios que más interés demuestran a la hora de retrasar su edad de jubilación más allá de la edad legal, lo que se correlaciona con los ajustes económicos que se han llevado a cabo en estos territorios en los últimos tiempos, entre los que se encuentran las penalizaciones en las prejubilaciones.
Y es que, en numerosas ocasiones los trabajadores dejan el mercado laboral por la elección de sus empresas y no por una decisión propia y personal. No obstante, la prejubilación es una opción común entre los europeos, especialmente entre aquellos que cuentan con mejores condiciones económicas: Un 51% de suizos, un 46% de alemanes, un 41% de belgas, un 36% de suecos y un 33% de ingleses espera prejubilarse. Por lo que a España se refiere, se desconocen las cifras exactas de prejubilaciones anuales, aunque un 51% de consultados por Randstad cree que tendrá que salir del mercado laboral antes de la edad legal de jubilación, lo que supone un auténtico problema para el Gobierno, ya que no sólo se pierden las cotizaciones de estos trabajadores sino que el sistema debe de abonar sus gastos por desempleo.
Dejando las controversias que en cualquier sitio suscita el tema de la edad de jubilación, hay que tener presente que el futuro de las empresas requiere de nuevas políticas de recursos humanos que se adapten a esta adaptación en la edad de la jubilación.
