Imago Mundi

La imagen que tenemos del mundo se construye con ideas, visiones, informaciones, la propia experiencia, ensoñaciones, relatos y, claro está, con los mapas en los que lo hemos visto representado. Pero esa labor cartográfica no es la mera transposición gráfica natural y única de unos cálculos matemáticos, sino que se deriva de una serie de concepciones y decisiones previas que según cuáles sean darán un resultado u otro.

El problema esencial de toda proyección geográfica es trasladar una superficie curva, la tierra, a un plano, el mapa. La clave es conservar tanto la equivalencia de las áreas como sus ángulos. Sólo hay una dificultad: ese es un problema irresoluble. Siempre hay que hacer algún sacrificio. Además, aquello que se escoja como centro del mapa también influirá en las partes del mismo que queden más deformadas.

Las proyecciones que tenemos más interiorizadas son las llamadas cilíndricas, la que los mapamundis al uso han usado con más contumacia. Y lo son gracias al cartógrafo flamenco Gerardus Mercator, cuyo trabajo aparecido en el siglo XVI ha acabado siendo hegemónico con el paso de los siglos.
 Sin embargo, la tarea de Mercator también ha sido discutida, por su europocentrismo y por la distorsión que reproduce a medida que nos alejamos del ecuador. Ya en el siglo XVII Johann Lambert desarrolló estudios de proyección y perspectiva que trataban de corregir esos defectos.

Pero fue Arno Peters quien en 1967 y tras retomar las reflexiones de aquél y posiblemente la labor del escocés James Gall, propuso una fórmula alternativa a Mercator. La hoy llamada proyección Gall-Peters,

que busca ser mucho más equivalente en la representación de las áreas, se situó en el centro de una controversia que debatía el uso social y político de los mapas en la generación de ideas y discursos. Peters quería denunciar así que la inflación de ciertas regiones de la proyección Mercator llevaba a la errónea idea de que Groenlandia era de igual tamaño que África, cuando este continente tiene en realidad 13 veces su área, o engordaba artificialmente Siberia, que en realidad es una franja mucho más larga que ancha.

En la actualidad el debate entre seguidores de distintas facciones continua, aunque la ciencia geográfica trata de buscar soluciones complejas y consensuadas que trabajan, principalmente, con las llamadas proyecciones modificadas, que desplazan las deformaciones hacia zonas del planeta consideradas de importancia secundaria, principalmente los océanos. Mollweide, Eckert, Goode…son algunas de las denominaciones más utilizadas entre las actuales editoriales cartográficas. Pero hay que ser consciente que según la que elijamos, veremos el mundo de una forma determinada.

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