El sector servicios trata de adaptarse a la situación económica de los ciudadanos para continuar atraerlos a sus propuestas. Un ejemplo de esto es el Dasparkhotel, un hotel emplazado en un parque público de la localidad austriaca de Ottensheim a escasos metros del famoso río Danubio. Sin embargo, su localización no es lo más singular de este establecimiento sino la estructura de la que se vale para ofrecer servicios de hospedaje: grandes cilindros industriales de hormigón que podrían haberse usado como tuberías de desagüe.
Sin embargo, han tenido otra utilidad. Rompiendo con el concepto tradicional de hotel, el Dasparkhotel se vale de estos artilugios concebidos para decorar el parque, como si de obras de arte se tratase, para reinventarlos en favor de la comodidad de los ciudadanos. Dentro de cada uno de esos cilindros, aparentemente fríos y desapacibles para imaginar pasar una noche en ellos, se descubre es pequeño espacio acogedor y cool con una cama doble, almacenaje, iluminación y manta de lana. Su principal pega es que el resto de servicios propios de un hotel -aseos, duchas, minibar, café, etc.- no los cubren y el cliente debe valerse de los que ofrecen los espacios públicos de los alrededores.
Para hacer realidad esta singular propuesta, que nació hace tres años como idea revolucionaria de hogar temporal, se ha diseñado un sistema de seguridad que proporcionase a los potenciales clientes la tranquilidad de que, a pesar de su situación y estructura, no resulta peligroso. Así, para poder acceder a una de estas habitaciones los responsables del hotel tienen que facilitar una clave de acceso a sus clientes por medio de un e-mail. El código estará activo desde tres de la tarde (día de llegada) hasta las doce del mediodía (día de salida).
El Dasparkhotel ofrece una forma de pago de acuerdo con estos tiempos de crisis: cada uno lo que pueda.
