Hace unas semanas nos llegó un correo electrónico de una señora de 89 años, Valvanera, que nos quería enseñar cómo había descubierto una nueva afición que además de llenar su tiempo le enriquecía personalmente: pintar mandalas. Por si no lo saben, las mandalas son unos dibujos circulares sagrados de los que se ayudan hindúes y budistas en la meditación.
Nuestra amiga ya ha coloreado ya cientos de mandalas y ha creado un blog (http://www.losmandalas.blogspot.com) en el que además de mostrar sus dibujos ofrece modelos sin pintar para quien lo desee los imprima en su casa y se apunte a esta afición.
También con papel, uno de los hobbies más antiguos y extendidos es la papiroflexia, que lejos de ser un juego de niños, llega a convertirse en algunos casos –como en Japón- en verdaderas obras de arte. Pajaritas, barcos y aviones como entrenamiento, los grandes aficionados a la papiroflexia llegan a crear a través de estratégicos pliegues flores y animales, pequeñas miniaturas del real. Como ha ocurrido con los mandalas, plegar papel se considera una eficaz terapia de relax y concentración.
Primero fue Mariquita Pérez, después Nancy y ahora Blythe la muñeca que se ha convertido en objeto de ‘devoción’ para miles de personas en todo el mundo. Musa de pintores y diseñadores, ha llegado a nuestro país la afición –y no precisamente entre los más pequeños de la casa- de vestirlas.Trajes de novia, bolsos de las mejores marcas, zapatos de lujo, joyas y todo tipo de complementos, equipar a Blythe es la afición de moda.