Halloween verde

Queda poco más de una semana para que se celebre Halloween, una fiesta que, si bien tiene una trayectoria muy corta en nuestro país, se ha convertido sin embargo en una tradición de ineludible celebración; sobre todo para los niños -que se disfrazan en sus colegios o guarderías- y los jóvenes, que aprovechan la tesitura para ponerse los atuendos más monstruosos que encuentren durante sus juergas nocturnas.

Curiosamente, su celebración procede de una festividad cuya tradición si es centenaria: la de Todos los santos. Según parece, el nombre de Halloween proviene de la expresión inglesa All Hallow`s Eve (Víspera de Todos los Santos) lo que, en realidad, la vincula completamente a la festividad religiosa gracias a la que actualmente ese día no es lectivo.

No en vano, parece el origen de la celebración tal y como hoy la conocemos proviene de Irlanda. Allí es tradición encender hogueras en las zonas rurales y que los niños, siempre disfrazados, salgan a pedir dulces mientras disfrutan todos juntos de juegos populares, como el snap’apple (intentar morder una manzana colgada). Del mismo modo, no es raro que los padres organicen gymkanas, mientras todos disfrutan de la bebida típica de ese día, también de manzana, eso sí, mezclada con leche o cerveza tras haber sido asada.

Y es que, en Irlanda, en estas mismas fechas y desde el 100 d. C., los Celtas celebraban el “Samhaim”; un día en que, según la tradición, la frontera entre vivos y muertos se desdibujaba. Los espíritus volvían para reencontrarse con los vivos y, por ello, era necesario encender hogueras que espantaran a los malos fantasmas.

Una buena ocasión para viajar a conocer la Isla Verde e involucrarse por completo en una de sus más ancestrales tradiciones. Si alguien se anime, que no olvide probar el Barm Brack, una suerte de roscón que esconde un anillo y un penique, y muy buenos augurios para quien los encuentre…

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