Enemigos de la salud

Todo lo bueno engorda. Cuántas veces nos habremos repetido esta frase al estar tentados de tomar pasteles, dulces y golosinas. Sin embargo, lo peor de estos alimentos no es que provoquen un aumento de peso, siempre que su ingesta sea habitual y en cantidades sustanciosas, sino que contienen demasiadas grasas saturadas aumentando los niveles de colesterol LDL, malo para el organismo, en sangre.

Ésta es la denuncia que, hace escasos días, ha realizado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Según este organismo, más de la mitad de las galletas, repostería, bollos, pan, aperitivos, patatas fritas y salsas que se consumen en los hogares españoles son, por esta razón, poco saludables. Para llegar a esta conclusión, la OCU ha analizado el tipo y cantidad de grasa que contienen 49 productos de este tipo.

La segunda anomalía encontrada es que, de todos estos alimentos, sólo el 20% detalla en su etiqueta de información nutritiva sobre el tipo de grasa que contiene; y la mayoría la define ambiguamente, de modo, que no es evidente que incluya esta sustancia nociva para el organismo.

En general, las patatas fritas son los alimentos que más grasas saturadas contienen, un 34%, le siguen los aperitivos y la bollería industrial, con una media del 24%. Sin embargo, también han encontrado un tipo concreto de galletas en las que esta grasa supone un 94%, y en un aperitivo, de un 74%.

La petición de esta Organización, de acuerdo con su principio de defender los derechos de los consumidores, es que los fabricantes cuiden la calidad de las grasas de sus productos, sobre todo, aquellos que son de consumo diario y a la Administración el endurecimiento de las leyes para que la información de la composición de los alimentos sea lo más clara y específica posible.

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