El reino de las extravagancias cartográficas

El utillaje del buen viajero ha de incorporar no sólo unas buenas nociones lingüísticas, unos conocimientos sólidos de política, historia, geografía y sociedad o un instinto práctico para moverse con agilidad y rastrear los mejores sitios donde comer, dormir y deslumbrarse, sino también una serie de sutilezas que distinguen al turista que resbala sobre la realidad del visitante que descubre sus más profundos niveles.

Claro que contamos con las guías, algunas espléndidas, que nos sirven para salirnos de los caminos trillados y atisbar algunos de los rasgos más recónditos de los lugares en los que desembarcamos. Pero hay cosas que ni tan siquiera sale en la mejor y más profusa de ellas.

¿Queremos saber cuántos besos –uno, dos, tres o cuatro- hay que dar cuando se nos presenta a alguien en Francia (lo que depende de la región), qué condimento pondrán en nuestro perrito caliente según el condado de West Virginia en el que nos encontremos o las distinciones dialectales del ya de por sí diminuto Liechtenstein? Entonces Strange Maps se va a convertir en nuestro sitio de cabecera.

La curiosidad, el ánimo lúdico, las representaciones cartográficas alternativas y los juegos visuales priman aquí mucho más que cualquier discutible sentido de la utilidad y el realismo. Strange Maps da cabida  a todas aquellas formulaciones bizarras que os quepan en la cabeza. Algunas de sus propuestas tienen su punto de malicia ¿Cómo serían las fronteras estatales de  Europa si Alemania hubiese sido desmembrada?, ¿Qué aspecto tiene el mapamundi del canibalismo? O ¿Cuál es el estado más obeso de Norteamérica? Otras bucean en la profunda etimología y nos presentan un mapa con los significados actuales de muchos topónimos, exploran los ríos perdidos de Londres, se adentran en el campo de la antropología fantástica -¿Dónde viven los duendes en Europa?- o sencillamente presentan retorcidas analogías y chocantes modelos (Canadá moldeado en queso o un filete empanado con la forma de África).

Del coleccionismo de rarezas al más sesudo análisis geopolítico, Strange Maps conlleva una honda paradoja: posiblemente no haya un sitio en la red que contenga tantos mapas y, pese a ello, haga tan fácil perderse dentro y no volver a salir nunca más. ¿Te atreves a explorarlo?

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