El placer de una buena merienda

Casi siempre aprovechamos esta sección para invitaros a disfrutar del tiempo libre desde un punto de vista más bien cultural. Inauguraciones de exposiciones y museos, o recorridos por ciudades históricas suelen ser nuestras recomendaciones principales. Sin embargo, hoy queremos que disfrutéis de verdad, dejándoos llevar por placeres mucho más mundanos.

En los últimos meses, nos hemos dado cuenta de que -pese a la crisis- las grandes ciudades se han ido llenando de establecimientos dedicados a una comida muy especial: la merienda. Las clásicas cafeterías ya no están de moda, son los establecimientos de cuidada decoración donde se sirven mil variedades de té y de café, junto con un elenco interminable de los más exquisitos dulces, los que ahora se llevan la palma. Estas “cafeterías de nueva generación” ofrecen un espacio ideal donde relajarse y charlar distendidamente con amigos -¡qué mejor forma de aprovechar el tiempo libre que disfrutando de un rato en su compañía!- mientras se disfruta de panes de todo tipo, acompañados de deliciosas mermeladas o chocolates.

Dentro de esta línea se ha hecho muy famosa la cadena de establecimientos  franceses Le Pain Quotidien, donde uno puede encontrar todo tipo de dulces y panes elaborados de forma natural. En la Capital, encontramos también el Café Beauty del Hotel Abalú, situado en la calle del Pez; todo un paraíso colorista donde disfrutar de una cuidada decoración y de un buen café au lait. Otro clásico madrileño, en pleno barrio de la Latina, es el Café Bar Delic, a menudo demasiado lleno para poder disfrutar a gusto de delicias como su exquisita tarta de zanahoria y chocolate con pétalos de rosa. Si lo que se busca es tranquilidad, el Azúl de Fúcar (zona de Huertas) es la mejor opción para disfrutar de dulces caseros en un ambiente que parece sacado de la película Amelîe.

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