El mundo desde arriba

Dar un paseo en globo es uno de esos caprichos en los que no solemos pensar a menudo pero que, sin duda, resultan del todo tentadores. Se trata de una actividad emocionante, pero también segura y tranquila, por lo que no existe ninguna edad ideal para dejarse llevar por esta trepidante actividad.

Los globos aerostáticos funcionan gracias al principio de los fluidos de Arquímedes; de tal modo que, en la enorme bolsa de la que cuelga la cesta, se vierte una masa de gas más ligero que el aire, consiguiendo que el globo se eleve. Según las últimas investigaciones, este ingenioso invento se remonta a 1709, cuando el sacerdote brasileño Bartolomeu de Gusmão hizo la primera demostración en la Casa de Indias de Lisboa, ante la corte del rey Juan V de Portugal.

Antes de embarcarse en un paseo en globo conviene tener en cuenta que se trata de viajes “sin proyecto”, es decir, no existe ningún itinerario predefinido, ya que rara ve se sabe con exactitud dónde se aterrizará, pues depende de las corrientes de aire. Esta es, por tanto, una actividad que nos invita a relajarnos y a dejarnos llevar por la naturaleza, una aventura única que, sin duda, entusiasmará a quienes posean un espíritu romántico.

En España existen multitud de compañías que ofertan paseos en distintas ciudades. Algunas de ellas son Aerodifusión -que opera en Madrid y Segovia, ofreciendo paseos para parejas y familias, e incluso para empresas- en Alicante y Murcia, Aeroglobo; en Sevilla, Córdoba y Granada, Gloobo; y en Cataluña Balloning.

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