El Mar Muerto, un placer para la piel

Viajar al mar muerto no sólo es una experiencia inolvidable que puede cambiarles la vida a quienes sufren afecciones cutáneas. Cleopatra y Herodes ya conocían los múltiples beneficios de sus aguas, ricas en sales minerales.

Viajar por placer, por conocer mundo o descubrir nuevas realidades está muy bien; pero existen otras motivaciones, como la terapéutica que, sin duda, son igual de válidas. Según las afecciones de cada uno existen destinos más o menos indicados para aportar un granito de arena en su curación. Hoy os presentamos el que tal vez sea el mejor lugar del mundo para tratar la piel: el Mar Muerto.

Se nutre, principalmente, con las aguas del Jordán; alcanzando una longitud de cerca de 80 por 16 kilómetros y una profundidad de más de 400 metros. Está situado entre Israel y Jordania, en la zona donde la Biblia sitúa las famosas ciudades de Sodoma y Gomorra, de las que, por el momento, no existen evidencias arqueológicas.

La salinidad de su agua y los beneficios que aporta a la piel bañarse en el Mar Muerto se conocen desde la antigüedad. Herodes o Cleopatra curaron aquí sus afecciones, conscientes de las bondades que estas aguas y sus lodos aportan a la salud. Magnesio, calcio, bromo, potasio, sodio, cloro o azufre son algunas de las sales clorhídricas que forman parte de la composición de sus aguas, aportando tratamientos naturales para enfermedades cutáneas como la psoriasis o la dermatitis atópica; pero también para otras afecciones como la artritis, el vitíligo, el asma, los problemas circulatorios o la hipertensión.

Cubrirse el cuerpo con sus lodos es ya todo un ritual para quienes se animan a realizar el viaje terapéutico, tanto es así que los hoteles con playa privada suelen tener preparados barriles de madera preparados para el efecto. Su aplicación es sencilla, sólo hay que esperar a que se seque sobre la piel después de haberlo aplicado, para más tarde limpiarlo, a poder ser, en las propias aguas del Mar Muerto. La piel se torna limpia, fina y los eccemas e irritaciones comienzan a remitir.

Si estos beneficios parecían pocos, además, la alta presión hace que el aire sea más rico en oxígeno, un plus para quienes sufren afecciones respiratorias. Como complemento a todos estos beneficios, los hoteles de la zona suelen contar con todo tipo de tratamientos que se realizan con productos fabricados a partir de los minerales de estas sanadoras aguas. Todo un lujo para quienes busquen descanso y salud.

Foto: David Shankbone

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