El fino arte de pintar la elegancia

No es un secreto para nadie que, a principios del siglo XX, la fotografía comienza a desarrollarse de manera meteórica. La calidad de la imagen y sus capacidades expresivas se incrementan de tal modo que, quizá, muchos pensaron que ciertas disciplinas, como el retrato o el dibujo textil, podrían llegar a extinguirse. Sin embargo, curiosamente, casi sucede lo contrario. Tal vez, conscientes de que se trataba de “renovarse o morir”, los artistas entregados a estos formatos comienzan a sorprender con un increíble derroche de creatividad e innovación, pasando a la historia y asegurando la pervivencia de sus géneros. En los albores de siglo XX, uno de los más destacados es George Lepape. Famoso ilustrador de la Gazette du Bon Ton, supo combinar en sus dibujos la influencia de las primeras vanguardias con la fidelidad a las prendas que interpretaba, transmitiendo una envolvente imagen de modernidad que pronto le convirtió en el favorito de los mejores modistas de su tiempo. De hecho, fue el intérprete gráfico del célebre Paul Poiret, conocido por sus atrevidos diseños y por conseguir liberar a la mujer del yugo del corset. Benito, Barbier, Bernard Boutet de Monvel o Pierre Brissaud son otros de los ilustradores que comparten éxito con Lepape a principios de siglo.

En torno a los años 40 irrumpe el que, sin duda, será el más grande ilustrador de todo el siglo: René Gruau. Este italiano, afincado en Francia, conseguirá revolucionar el universo del dibujo de moda gracias a la frescura de los directos y sencillos trazos con los que supo expresar la más excelsa elegancia. Creadores como Balenciaga, Lanvin, Schiaparelli o Dior le eligieron a él para ilustrar sus colecciones, confiando en que sus dibujos, mucho más allá del realismo fotográfico, conseguían transmitir un estilo de vida. Estética Pop, japonismo, minimalismo y también influencias de la fotografía -por qué no- convierten su trabajo en una amalgama de estilos interesantísima que expresa -de forma sencilla, directa y muy bella- conceptos a veces tan complejos como el del glamour o lo chic.

Más tarde destacaran creadores como Antonio, Aurore de la Morinerie, Mats Gustafson o Francois Berthoud; en quienes la influencia de los genios que les precedieron sigue todavía muy presente. En la actualidad el dibujo de moda sigue estando muy presente -quizá no tanto como en la época dorada de René Gruau- en el mundo de la alta costura. Y es que, sin duda, en los últimos años estamos viviendo una suerte de renovación del género que tiene mucho que ver con el reciente auge y valoración de displinas como el diseño gráfico. Penter Yip ha publicado recientemente una lista con los nombres de los sesenta mejores iustradores de moda del momento. En su blog pueden verse, además, pequeñas muestras del trabajo de cada uno de ellos. No nos sorprende encontrar entre ellos pequeños guiños al trabajo de los más grandes e incluso estilos gráficos muy vinculados a artistas de gran relevancia en la historia del arte, como Andy Warhol o Egon Schiele; sin embargo sus imágenes derrochan frescura, resultando novedosas e impactantes.

Merece la pena, por tanto, darse una vuelta por la web y disfrutar del trabajo de todos estos artistas; será todo un placer para los amantes de la moda y, para quienes no son tan seguidores de las últimas tendencias, sin duda, supondrá un bello descubrimiento.

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