Düsseldorf, cosmopolitismo germano

Düsseldorf es a Alemania algo así como Milán es a Italia o Barcelona, a España. Se trata, pues, de una de las ciudades más pobladas del país y también de las más cosmopolitas que, gracias a su apertura al resto de Europa y al fuerte desarrollo de su industria -dentro de la que destacan el sector del automóvil y el textil- está empezando a convertirse en un destino turístico de máximo interés.

Conocida como la “capital nipona a las orillas del Rin”, por el elevado número de japoneses que en ella habitan, la ciudad es famosa por su vida cultural -está llena de teatros, galerías, centros contemporáneos y artistas de vanguardia- y por su agitada vida nocturna. Algunos de los bares más animados se encuentran en las céntricas calles Kurtzestrasse, Andreasstrasse y Bolkerstrasse; mientras que la actividad nocturna más frenética se concentra en el distrito de Bilk, una zona llena de gente joven donde se concentra la escena artística emergente.

El Museum Kunst Palace, el Kunstsammlung Nordhein-Westfalen (lleno de grandes clásicos del expresionismo alemán), el Museo Heine y el Museo Goethe son algunos de los centros culturales de imprescindible visita si se viaja a esta ciudad. Su carnaval, que se desarrolla entre el 11 de febrero y el miércoles de ceniza, es además uno de los más conocidos del mundo, gracias a sus cerca de 600 desfiles y galas, razón por la que esta ciudad está hermanada con el Puerto de la Cruz de Tenerife.


En cuanto al turismo monumental, en la zona antigua no hay que perderse el Ayuntamiento, restaurado tras la Segunda Guerra Mundial; así como la Iglesia Barroca de “St. Andreas”, una auténtica joya, o la Basilica de “St. Lambertus”. Son también de interés el Palacio Imperial de Barbarroja, en Kaiserswerth; la Ópera Alemana del Rin; la Casa de la Comedia (Schauspielhaus); las fachadas “Art Noveau” de la Oberkassel, la Casa Wilhelm Marx y el Teatro “Kammerspiele”. Si lo que se quiere es disfrutar de una auténtica visita bucólica, la mejor opción es acercarse al Castillo de Eller, situado en una bellísima zona boscosa con un lago de ensueño.

Otro de los atractivos de la ciudad es su cerveza; Düsseldorf cuenta con su propia variedad -la Alter Bier- que se caracteriza por su color fruto del tueste. Se puede encontrar en la mayoría de los bares, con la peculiaridad de que, en muchos casos, se trata de un caldo de producción artesal, lo que convierte a esta ciudad en todo un hito para los amantes de la cerveza.

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